Audi confirma que el valor de marca está muriendo. Abandonará su logo de los cuatro aros en China
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Publicado: 04/08/2024 07:00
El coche eléctrico está suponiendo un cambio mucho más allá de la cuestión del cambio de sistema de propulsión. También supone decir adiós a un siglo de desarrollo de los motores de combustión, y al prestigio de las marcas que más han logrado brillar en este aspecto. Un borrón y cuenta nueva donde los consumidores están abandonando la lealtad a la marca, algo que Audi está a punto de aplicar al eliminar la mítica imagen de los cuatro aros de sus coches eléctricos.
Según informa Reuters, la decisión se aplicará en China, donde el fabricante alemán, como el resto de europeos, lucha por hacerse un hueco en un mercado con una feroz competencia por parte de los grupos chinos, con unos consumidores que cada vez dan menos importancia al valor de marca, y apuestan más por el diseño, tecnología y precios.
Audi intentará remodelar su imagen de marca con una decisión inédita que además busca fortalecer la empresa conjunta de Volkswagen y SAIC. Una VW que busca implementar la estrategia «en China, para China” buscando diseñar y producir coches más adaptados a los gustos de los consumidores locales.
Según la prensa local, en noviembre, Audi presentará su primer coche eléctrico que prescindirá de los cuatro aros, lo que marcará un antes y un después para la marca germana en el mayor mercado mundial.
Y es que las cifras de ventas de Audi en China van cuesta abajo y sin frenos. En el primer semestre, el fabricante alemán vendió menos de 10.000 coches eléctricos en China. Una cifra ridícula comparada con las cifras de rivales de segmento, como NIO, que entregó solo en el mes de julio 20.498 unidades, y 107.900 unidades en el primer semestre, mientras que otro rival, que como el anterior está presente ya en Europa, Zeekr, llegó a las 15.655 unidades, y ya supera las 103.000 unidades este año. Dos marcas muy jóvenes, 10 años para NIO y apenas 3 años para Zeekr, que crecen de forma intensa.
A la vista de esto, los fabricantes occidentales han optado por dar un giro antes de que sea demasiado tarde, y diseñar coches específicamente para China, que se ha convertido en el mayor mercado mundial del coche eléctrico con mucha diferencia, y una fuerza exportadora que amenaza ya a los grupos europeos en su propia casa.