ABS son las siglas de Anti-lock Braking System, traducido al español como Sistema Antibloqueo de Frenos. Se trata de un sistema activo de seguridad que permite variar la fuerza de frenado para evitar que los neumáticos pierdan adherencia sobre la calzada.
Aunque los primeros desarrollos se remontan a 1936, fue con la aparición y el uso de los semiconductores en los coches que se pudieron diseñar y producir los sistemas ABS suficientemente rápidos y eficaces para su uso común. En 1978 Bosch presentó y comenzó a producir el primer sistema ABS controlado electrónicamente que se estrenó en un Mercedes-Benz.
Desde entonces esta tecnología es la base para todos los sistemas que de alguna forma usan el ABS, como por ejemplo los controles de tracción y estabilidad. En el mundo el 75% de los vehículos que se fabrican ya lo incorporan y en Europa es obligatorio ofrecerlo de serie desde el 1 de julio de 2004.
¿Qué componentes forman parte del ABS?
El ABS funciona sobre el sistema de frenado del vehículo. Cuando detecta una falta de adherencia o una pérdida de control el ABS entra en funcionamiento y regula la fuerza de frenado de cada rueda para evitar que éstas se bloqueen. Para conseguir monitorizar, calcular y hacer la frenada el sistema ABS utiliza los siguientes componentes:
- Sensores de velocidad en las ruedas: En cada rueda estos sensores miden la velocidad en todo momento. Cuando éstos detectan variaciones bruscas, o que una o varias ruedas frenan de repente, el ABS interpreta que el vehículo está empezando a derrapar y entrará en acción.
- Válvulas de control: Con ellas el ABS regula la presión del líquido de frenos en cada rueda y de esta forma puede aplicar más o menos fuerza a la frenada de cada rueda para evitar que se bloqueen.
- Centralita: Es el elemento que toma los datos de los sensores, calcula la respuesta y actúa sobre las válvulas para controlar la frenada, y todo esto en milisegundos. Es el componente que permitió el desarrollo final del sistema ABS.
- Sistema de frenado: El ABS actúa sobre el sistema de frenado del coche, por lo que depende de sus diferentes componentes para resultar eficaz. Líquido de frenos, tuberías, pinzas de freno, pastillas, frenos de disco y bomba de frenado deben estar en buenas condiciones para el correcto funcionamiento.
¿Cómo funciona el ABS?
Los sensores de las ruedas miden la velocidad de cada neumático por separado. En caso de detectar una frenada brusca o que una o varias ruedas reducen repentinamente sus revoluciones, la centralita del ABS entrará en acción e interpretará que las ruedas están a punto de quedar bloqueadas sin que el vehículo esté detenido, por lo tanto deduce que estamos comenzando a deslizarnos sobre la calzada sin control.
Para evitar el derrape, el ABS regula las válvulas de control de cada rueda para reducir la presión realizada sobre los frenos de manera automática sin intervención del conductor. Cuando las ruedas vuelven a girar el conductor recupera el control.
El ABS sigue monitorizando el comportamiento de las ruedas y en caso de emergencia vuelve a repetir el procedimiento hasta 50 veces por segundo. Cuando el ABS está actuando sobre los frenos,el conductor detecta una claqueteo en el pedal del freno pero sigue manteniendo el control sobre la trayectoria del vehículo, lo que le permite poder esquivar obstáculos y evitar accidentes.
¿Cuándo no es aconsejable usar el ABS?
Aunque parezca un contrasentido, la manera de funcionar del ABS podría ser contraproducente en alguna situación. Dependiendo de las condiciones climatológicas o el estado de la calzada, si la adherencia es mínima se recomienda desactivar el ABS.
Terrenos sueltos, nieve, barro, etc… son condiciones en las que es muy sencillo que el ABS calcule intervenir y que su acción provoque alargar la distancia de frenado. Sin el ABS los neumáticos se pueden bloquear, aunque también permitirán abrir un surco en la nieve o gravilla contribuyendo así a encontrar una superficie más adherente y facilitarnos al conducción
¿Qué mantenimiento necesita el ABS?
El ABS funciona sobre el sistema de frenado por lo tanto es importante llevar un correcto mantenimiento de los frenos. La parte más importante es el líquido de frenos y debemos asegurarnos que no tenga ningún tipo de burbuja ya esto perjudica la efectividad de la frenada. Lo normal es que cambiemos este líquido cada dos años, pero debes consultar el manual de tu vehículo para saber cuándo cambiarlo exactamente.
El ABS es un sistema que no suele dar problemas, pero si lo hace lo avisará a través de un testigo con las palabras «ABS» en el cuadro de instrumentos. Si aparece debes llevarlo cuanto antes a un taller por que otros sistemas del vehículo como el control de estabilidad o el de tracción dependen de él.
