Es la crónica de un éxito anunciado, y es que cuando se juntan factores como un alto poder adquisitivo, conciencia por el medio, unos impuestos brutales a los coches con motor de combustión y unos precios de los carburantes elevados, el resultado no puede ser otro que el ascenso imparable del coche eléctrico.
Esto sucede en Noruega, el país nórdico que se ha convertido en una de las referencias en cuanto a ventas e infraestructura de recarga a nivel mundial y donde todos los fabricantes quieren introducir sus productos, un lugar donde un coche eléctrico como el Nissan Leaf ha logrado encaramarse a la segunda posición de las ventas de turismos y donde otro gran nombre amenaza con mejorar esas cifras, el Tesla Model S.
Y es que desde este mes de agosto deberían comenzar a llegar al mercado noruego las primeras unidades de la berlina eléctrica norteamericana, un modelo largamente esperado por muchos compradores que han aguardado pacientemente y que a pesar del hermetismo de Tesla con las cifras de reservas, las informaciones de los medios locales indican que estas ya superan las 1.500 unidades.
Según el representante de Tesla para la zona de escandinavia, el Model S ha agotado el cupo disponible para este año, y los interesados en su adquisición tendrán que armarse de paciencia y esperar un turno que puede dilatarse en el tiempo, una limitación en la producción que será el único impedimento para que el Model S asalte las listas de ventas de Noruega en su inicio.
Al mismo tiempo que Tesla comience a entregar las primeras unidades, previstas para finales de agosto, el fabricante norteamericano comenzará el despliegue de su red de supercargadores por el país, y de esa manera antes de finalizar el año los conductores podrán recorrer los más de 800 kilómetros que separan las ciudades de Kristiansand y Trondheim, y hacerlo además con electricidad totalmente limpia y gratuita, otro de los atractivos de este modelo.
Vía | Hegnar (noruego)
