Con la llegada de las infraestructuras de recarga hay un dilema que tenemos que empezar a tener en cuenta, que formato de pago será el mejor para este sistema, y es que las opciones son muchas pero todas tienen sus pros y sus contras, algo que obligará a los operadores a encontrar la mejor.
Pago en metálico, con tarjeta de crédito, un sistema de suscripción mensual, infraestructura gratuita…como decimos las alternativas son muchas y muy variadas y de momento no hay ninguna que haya logrado imponerse sobre las demás ya que podemos verlas en funcionamiento en sus diferentes formas en muchos lugares, aunque hasta ahora lo normal dada la poca proliferación de coches eléctricos es que estas sean totalmente gratuitas, aunque eso seguramente cambie en pocos años.
El pago en metálico es una de las alternativas más sencillas y aparentemente atractivas, un sistema similar al que podemos encontrar en los sistemas de aparcamiento actuales donde pagamos por el tiempo que estamos estacionados, algo que podrían copiar las empresas de sistemas de recarga habilitando una estación de pago cada x puntos de recarga. El principal problema de este sistema se centran en la obligación de contar con personal que recolecte ese dinero, además de la cuestión de la seguridad, dos aspectos que reducen de forma importante las posibilidades de una opción más que interesante para el usuario.
El pago con tarjeta es otra de las alternativas más interesantes y extendidas, un sistema que evita el pago en metálico y elimina la necesidad tener que recoger el dinero de las máquinas todos los días. Pero al mismo tiempo este formato tiene sus inconvenientes, como por ejemplo que la instalación de un sistema de pago en cada estación hace elevar el coste de la misma. Algunos operadores como el servicio de car sharing Autolib, han encontrado la solución instalando unos lectores más sencillos que funcionan como una tarjeta de pre-pago telefónica, teniendo el usuario que recargar con cifras redondas, 5, 10 o 20 euros, y que permite reducir el coste y la complejidad del sistema.
También existen aplicaciones móviles que nos permitirán además de pagar de forma remota la recarga, también nos permitirán reservar un lugar de estacionamiento y recarga para nuestro coche, un sistema integral que dependerá también de un sistema de pago a distancia que tendrá que ser solucionado o con una tarjeta de crédito o una de débito, pero que evitará tener que instalar estos en los puntos de recarga abaratando el conjunto.
Pero de momento la mejor, más sencilla y popular opción es que los puntos de recarga sean gratuitos, una forma de que los operadores de estas infraestructuras puedan comenzar a monetizar sus instalaciones lo antes posible ya que a la velocidad actual necesitarán un par de generaciones de vehículos para convertirse en un objeto de uso cotidiano, ya que si hay que pagar la mayor parte de los usuarios realizarán esta operación en casa, donde será más económico.