El Ford Focus es uno de los compactos más populares en todo el mundo, un modelo muy valorado tanto en norteamérica como en Europa y que ha gozado de buenas cifras de ventas. Pero parece que la versión eléctrica tiene todas las papeletas de no seguir esa dinámica y su planteamiento abre muchas interrogantes sobre su futuro.
El Focus eléctrico es un modelo que aprecian especialmente aquellos que buscan un modelo impulsado por electricidad pero que pase desapercibido entre el tráfico, un diseño idéntico al dotado de motor de combustión pero que guarda algunas diferencias que hacen empeorar ligeramente el conjunto.
Según las primeras pruebas realizadas por la prensa especializada europea, el Focus eléctrico mantiene las cualidades dinámicas que caracterizan a este modelo, un chasis especialmente bien refinado que permite una conducción dinámica y a la vez placentera, y donde el par lineal de su motor compensa los nada menos que 415 kilos adicionales que pesa el eléctrico respecto al diésel, un lastre que no se deja sentir de forma notable durante el paso por curva.
Donde naufraga totalmente el Focus eléctrico es en dos aspectos fundamentales, el primero es la capacidad de carga, una lacra que afecta de forma especial a aquellos modelos que han sido convertidos utilizando una base ya existente, y que en esta ocasión deja al Focus con apenas 237 litros, nada menos que 126 litros menos que el modelo convencional, una cifra demasiado modesta para un coche de 4.35 metros de largo.
Pero sin duda el principal problema del Ford Focus eléctrico es el precio, y de esa manera para hacerse con una unidad en Europa habrá que desembolsar nada menos que 39.990 euros, un coste antes de ayudas que lo sitúan 6.200 euros por encima de su gran rival, el Nissan LEAF, un precio que incluso superior al del Opel Ampera que recientemente ha bajado su precio quedando en 38.300 euros, y eso si no buscamos en los anuncios online donde podemos encontrar al LEAF y el Ampera por mucho menos dinero.
Por lo tanto Ford tiene un producto interesante, pero que no encontramos ninguna justificación posible para su adquisición, ya que ni a nivel técnico, 160 kilómetros de autonomía, ni a nivel económico, lo que nos da como resultado un modelo condenado desde el principio al fracaso comercial, esperamos que con el anunciado C-Max Energi previsto para el 2014 no repitan errores.