Desde hace aproximadamente un año, los residentes en los estados de Oregon y Washington han disfrutado del uso gratuito de la autopista eléctrica. Un corredor de puntos de recarga rápida, que como decimos, hasta ahora podía usarse de forma ilimitada y gratuita.
Pero a partir del 1 de abril, se acaba lo que se daba. Desde ese momento los usuarios que quieran usar estas 12 estaciones, tendrán que desembolsar una cierta cantidad. Existirá una atractiva tarifa plana, que por 20 dólares al mes permitirá a los propietarios de eléctricos poder hacer uso ilimitado de estas estaciones. Pero lo que prefieran el pago por el uso, no podrán acceder a unos precios tan competitivos.
Según el portal Greencarreports, el uso de los cargadores rápidos tendrá un coste de unos 7.50 dólares por recarga. Esto teniendo en cuenta el coste de la gasolina en Estados Unidos, en torno a 1 dólar el litro, hace que recargar la batería de un LEAF hasta el 80%, salga prácticamente al mismo precio que repostar un coche gasolina que tenga un consumo medio de unos 7 litros a los 100km.
Puede no ser un precio excesivo si el uso que se va a hacer es esporádico. El temor de los usuarios es el sistema de cobro por sesión, y no por kWh consumidos. Algo que podría provocar que los propietarios del Model S, y su correspondiente adaptador CHAdeMO, ocupen las estaciones durante periodos de tiempo prolongados, ya que el coste será el mismo para los 16 kWh de un i-MiEV, que para los 85 kWh de un Tesla.
El futuro de estas empresas que basan su negocio en las recargas públicas no parece muy halagüeño a corto plazo. Con la posibilidad de recargar en casa de una forma mucho más económica, el usuario tenderá a dejar las recargas en estas estaciones para momentos puntuales.
Algo que provocará un lento flujo de clientes hacia estas empresas que necesitarán un buen músculo económico, para aguantar hasta que el nivel de coches eléctricos sea lo suficientemente elevado. Una posibilidad que podría acelerarse con unas tarifas algo más ajustadas.
Vía | Greencarreports
