Aunque está en la cresta de la ola, Tesla debe enfrentarse a una serie de desafíos en los próximos años si quiere no sólo seguir creciendo, si no seguir siendo un fabricante independiente. Tal vez el reto más difícil de todos.
Los precios de las materias primas, como el litio, la llegada masiva de competencia, principalmente desde Alemania, y también el lanzamiento de un modelo de tercera generación. Estos son algunos de los principales objetivos de un pequeño fabricante que ha dado grandes pasos, pero que ahora debe afrontar desafíos mucho mayores.
El precio del litio
El primer reto según los expertos será el litio. Tesla planea levantar una mega fábrica de baterías en suelo norteamericano. Una instalación que necesitará una ingente cantidad de dinero, entre 4 y 5 mil millones de dólares, que Tesla todavía tiene que conseguir.
Pero el principal problema puede venir por parte de un precio del litio en origen. Son muchas las voces que aseguran que este material vivirá en los próximos años un ascenso en su precio. Un incremento de entre tres y cuatro veces su coste actual, y que vendría de la mano de los planes del presidente de Bolivia, Evo Morales, conocedor del potencial de sus yacimientos y que prepara la puesta en marcha de una OPEC de productores de litio.
La competencia
El segundo reto para Tesla será enfrentarse a un mercado donde no serán la única opción. Hasta ahora el Model S ha sido el único de su clase. La única berlina eléctrica que ha logrado un importante éxito comercial, pero que casi dos años después de su lanzamiento, todavía no ha llegado a muchos mercados.
La llegada de los fabricantes alemanes será sin duda uno de los momentos críticos para Tesla. El BMW i8 se convertirá en la primera alternativa realmente competitiva para la berlina eléctrica. Llegará este verano, y lo hará con un diseño espectacular, un planteamiento mecánico algo más conservador, pero con todo el empuje de marketing y el poder de una fuerte red de distribución a sus espaldas.
A medio plazo el escenario será más duro para el Model S. La llegada de fabricantes como Mercedes, Infiniti y otros fabricantes, hará que el Model S ya no sea el único de su especie.
El Model Económico
En 2017 llegará la gran apuesta de Tesla. El Model E. Una alternativa de menor coste y destinada según el fabricante norteamericano, a alcanzar unas cifras de ventas masivas. El problema es que un coche eléctrico que partirá desde los 35.000 dólares no lo tendrá fácil en 2017.
Los precios de los componentes seguirán bajando, y para entonces el coste del Model E ya no será rompedor, y la palabra masivo se le podría quedar muy grande. Como hemos visto, un coche para lograr unas cifras de ventas importantes necesita estar entre los 15 y los 20 mil euros, casi la mitad de lo que costará el Tesla más económico, en su versión menos equipada.
La gran esperanza está a medio plazo. Para finales de la década Tesla, gracias a una amplia gama de vehículos eléctricos, una importante mejora de sus instalaciones, la internacionalización de sus ventas y la bajada de precios, logrará alcanzar una producción de nada menos que 800.000 unidades al año, de los cuales 200.000 corresponderán al Model S y Model X, mientras que el grueso de las ventas corresponderán al futuro Model C.
Con este nivel de producción, Tesla podría rebajar de forma considerable el precio de 35.000 dólares del Model E, e incluso gracias a su nueva fábrica, plantearse nuevos lanzamientos. Y es que una amplia familia, que alcance diferentes segmentos, parece la mejor receta para lograr seguir siendo rentable, e independiente.
