Poder recargar sin cables es el sueño de muchos. Los beneficios de la recarga inalambrica son muchos, algo de que que son conscientes los fabricantes, que se preparan para ofrecer esta tecnología en un par de años.
Volkswagen es una de las últimas que se ha incorporado a la tendencia. Según los rumores, en tres años el fabricante alemán incorporará en 2017 como elemento opcional en sus modelos eléctricos, un sistema de recarga inalámbrica. Una tecnología que cuenta con un importante potencial en la recarga pública, al estar menos expuesta a factores como el vandalismo o las condiciones climatológicas.
Pero este tipo de recarga también tiene sus propios retos por superar. El principal es de nuevo el de los formatos. En contra de lo que podríamos pensar, son varios los sistemas de recarga sin cables existentes. Esto quiere decir que como sucede con el cable, las empresas también están luchando por imponer su propio formato.
El segundo reto es el económico. Si un cable de recarga no es para nada económico, estos sistemas por inducción serán todavía menos populares en este aspecto. Bosch junto con Evatram, ya han puesto a la venta sus sistemas para el Chevrolet Volt y el Nissan LEAF. Unos puntos que tendrán un precio en Estados Unidos de unos 3.000 dólares.
El tercer reto es la eficiencia. Para el propietario de un coche eléctrico, este es un apartado muy importante. Hace poco hemos visto un estudio realizado por el Idaho National Laboratory. En este se concluía que en el mejor de los casos, el nivel de eficiencia llegaba al 89.2%.
Una cifra que deberá seguir mejorando para acercarse en la medida de lo posible a los números del cable. Una cifra en la que además del desarrollo de la propia tecnología, tienen influencia factores como el correcto alineamiento entre emisor y receptor.
Vía | Autoblogreen
