Aunque muchos ya lo tenemos asumido como algo habitual dentro de nuestras rutinas, el acercarse a un punto de recarga rápida todavía es algo que intimida a algunos de los nuevos usuarios de coches eléctricos.
Recuerdo la primera vez que utilicé una de estas infraestructuras. Un momento de confusión donde habría dado mi reino por un vídeo que me explicara cómo realizar la toma del coche de forma correcta.
Para facilitar la labor a los nuevos propietarios, el gestor de carga IBIL ha publicado un vídeo donde nos explican de una forma gráfica cómo afrontar esta sencilla operación, pero que necesita unos mínimos conocimientos para no quedarnos mirando la pantalla sin que nada suceda.
Como podemos ver, se trata de una operación que los más acostumbrados hacemos de una forma ya automática, pero que tiene su dificultad.
Guía carga rápida de coches eléctricos: conexión
Lo primero que tenemos que hacer es conectar la toma al coche. Una vez conectada pulsamos el tirador que hay en la parte inferior hasta escuchar un click, y entonces deslizamos la pequeña pieza de plástico que hay al final de este tirador.
Después tenemos que acercarnos a la estación y pasamos nuestra tarjeta. Mientras está encendida la luz READY, presionamos START y si hemos hecho bien la conexión la luz debería saltar a Charge. Entonces el punto de recarga y el coche empezarán una pequeña charla de unos segundos, tras lo cual comenzará la recarga.
Esta se terminará cuando el coche no acepte más carga rápida (normalmente entorno al 80%), tras lo cual deberemos desconectar el coche.
Desconexión
Entonces debemos realizar la operación de conexión, pero en sentido inverso. Primero retiramos la pieza de plástico al final del tirador inferior, pulsamos el botón que hay en la parte superior de la toma, lo que liberará el tirador, y listo, ya tendremos el coche desconectado y cargado.
¿Por qué hasta el 80%?
No son pocas la veces que nos habéis contactado preguntándonos por qué los puntos de recarga de IBIL cortan la recarga al 80%. La explicación es simple. IBIL ofrece un servicio de recarga rápida. Los coches eléctricos en el mercado tienen un límite de protección que evita que la recarga sea rápida más allá de un porcentaje, para evitar problemas en las baterías.
Esto significa que por ejemplo modelos como el Nissan LEAF a partir del 80% siga cargando, pero la potencia caiga de forma drástica hasta el nivel de una carga lenta convencional. Esto puede significar que para pasar el 80% al 100% se necesite mucho más tiempo que para llegar al 80% desde vacío.
El problema es si hay otro usuario que quiere recargar sus baterías. No es lo mismo esperar los 15 o 20 minutos que puede necesitar de media un coche para alcanzar el 80% de carga, que la hora o dos horas que puede necesitar para llegar al 100%. Por lo tanto la recarga rápida se ha limitado precisamente hasta donde el coche puede ofrecer este tipo de carga.
Dicho esto, añadir que no todos los coches tienen el corte en el 80%. Esta medida es la más conocida por ser la que utiliza el Nissan LEAF, que es el coche más vendido, pero hay modelos como el Renault ZOE que corta más tarde, o el KIA Soul EV, que según los responsables del fabricante coreano, llega al 84%, pero que puede seguir hasta el 94% si desconectamos y volvemos a conectar la toma.