Uno de las principales diferencias entre un coche con motor de combustión y uno eléctrico, es el sistema de calefacción. En los primeros es el propio calor del motor el encargado de generar calor, mientras que en los segundos debe ser la propia batería la que alimente el climatizador. Algo que resta autonomía en los meses de más frío.
Un grupo de investigadores del Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Producción y Automatización IPA en Stuttgart, han desarrollado el primer prototipo de un nuevo material que permitirá mejorar las cifras de eficiencia de la climatización en los coches eléctricos.
En esta ocasión los investigadores han probado con la climatización por cercanía o por contacto. Algo que algunos fabricantes ya han probado, con los asientos calefactables, e incluso con el volante capaz de calentarse que tiene el Nissan LEAF como opción. Aspectos que permiten reducir la dependencia del sistema principal.
Lo que este equipo ha hecho ha sido sustituir los cables de cobre recubiertos de silicona, por cables de nanotubos de carbono. Mucho más pequeños, flexibles, ligeros, y que pueden instalarse en casi cualquier parte del coche, como por ejemplo en el reposabrazos. A todo esto los investigadores añaden la mayor resistencia de este tipo de soluciones a largo plazo.[blocktext align=»left»]Eficiencia en la climatización de coches eléctricos [/blocktext]
Otra de las características es que la distribución del calor en los nanotubos de carbono se extiende por toda la superficie, mejorando la eficiencia, al mismo tiempo que se reduce el consumo. Además la distribución de calor es mucho más rápida, lo que permite lograr calentar la zona mucho más rápido que usando cobre. Lo mismo sucede con el apagado. Los nanotubos logran disipar de forma casi inmediata el calor, haciendo su uso perfecto para aplicaciones como los recorridos cortos en zonas urbanas.
Los investigadores destacan también las posibilidades de personalización de este tipo de climatizadores. El cliente podrá seleccionar las zonas donde necesite calor. Gracias al reducido tamaño, micrómetros, esta superficie puede ser instalada en casi cualquier lugar del coche, y además hacerlo de una forma económica.
Esto se debe a que para su aplicación en un futuro podrá usarse un pulverizador similar al que se usa con la pintura. Algo que permitirá automatizar su instalación, reduciendo costes y tiempo de aplicación.
El primer prototipo ya está listo, y será mostrado al público durante el Salón del Automóvil de Frankfurt este mes de septiembre.
Vía | Phys