Google Auto es un fabricante de coches registrado
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Publicado: 10/08/2015 17:03
Varias veces hemos hablado de Google y de sus pruebas con coches eléctricos autónomos. También de la posibilidad de que Google se convierta en competidora de Uber, eso si, con una flota de coches eléctricos sin conductor. Pero para ello, el gigante de la tecnología debería llegar a algún acuerdo con un fabricante de vehículos, o en su defecto, fabricarlos. Es aquí donde llega la noticia, y es que Google Auto es un fabricante de vehículos registrado.
Realmente esto no es una novedad, ya que la empresa lleva registrada desde 2011. Si bien eso no cambia nada a nivel de producto, dice mucho que una multinacional como Google haya creado una filial para sus pruebas con coches. Si la cosa va bien, puede que algún día Google decida comenzar a vender coches, o a fabricarlos, y para ello podría utilizar la marca Google Auto.
La filial se creó cuando Google comenzó a utilizar los Lexus autónomos en lugar de los Prius que había utilizado hasta entonces. Gracias a la utilización de una filial, Google se habría cubierto de todos los riegos tanto legales como financieros que conlleva el mundo de la automoción. Además, Google Auto está registrada como fabricante de coches en el estado de California.
También se ha filtrado algo de información sobre sus pequeños coches autónomos eléctricos. Se trata de un modelo con tracción trasera, alimentado por baterías de iones de litio e impulsado por un motor de entre 20 y 30 kW de potencia. No sabemos si se trataría de una potencia definitiva, o simplemente de una potencia suficiente para poder testar la tecnología.
Google empezó ha empezado a probar los coches eléctricos autónomos este verano, pero eso no significa que esté cerca de comercializarlos. Para desarrollar estos coches se necesita mucho tiempo y trabajo. A pesar de haber recorrido cientos miles de kilómetros por las carreteras de Estados Unidos, los coches todavía se encuentran en fase experimental. ¿Acabará fabricando Google un coche autónomo?
Fuente | The Guardian