La historia del proyecto de superdeportivo eléctrico de Audi da para el guión de un culebrón. En 2009 se presentó el esta iniciativa, que supondría el lanzamiento una versión eléctrica del espectacular R8. Incluso se llegaron a fabricar algunas unidades que llegaron a estar en fase de pruebas durante unos meses. Un modelo con batería de 53 kWh y un sistema de 313 CV de potencia.
Luego desapareció del mapa, hasta que volvió con una actualización, que de nuevo volvió a ser cancelado según Audi, por no poder ofrecer una autonomía mínima en condiciones de altas prestaciones. Posteriormente se presentó la que es hasta ahora última evolución. Un modelo con batería de 92 kWh y un sistema de propulsión de 340 kW (462CV). Ingredientes que hacían pensar que esa sería la definitiva. Pero de nuevo Audi canceló el proyecto.
Ahora desde el fabricante alemán vuelven a la carga. Durante el pasado e-Prix de la Fórmula E en Berlín, Peter Mertens, jefe de I+D en Audi y llegado desde Volvo después de la purga interna en Volkswagen por el escándalo de las emisiones, ha confirmado que en algún momento contarán con un deportivo eléctrico.
«La cuestión es si nos gustaría que sucediese pronto. La respuesta es por supuesto que si. Para una marca como Audi, un superdeportivo es siempre un segmento interesante en el que debemos participar, y donde hemos sido protagonistas.»
Según Mertens, la gama de eléctricos e-Tron, ocupará todo el espectro de la oferta de Audi, por lo que además de compactos, berlinas y todocaminos, esto también incluirá a los modelos de las más altas prestaciones.
Entre los puntos que hacen más viable este nuevo proyecto está el desarrollo de la tecnología, con baterías con mayor densidad energética. Aspecto clave en un modelo con un elevado nivel de potencia, que suele contar con una conducción algo más agresiva que un utilitario. Pero también el desarrollo de la nueva plataforma MEB de Volkswagen, que permitirá a sus marcas poder realizar diseños desde cero para albergar sistemas eléctricos, y no tener que pelear con una conversión, como ha sucedido hasta ahora.
Además está la colaboración entre marcas, como la que tienen en marcha la propia Audi con Porsche, que trabajan de forma conjunta en el desarrollo de sistemas de propulsión, pero también de tecnologías con las ayudas a la conducción.
La clave de todo estará en los costes. El propio Mertens indica que Porsche está trabajando en sistemas de 800V, que suponen un salto adelante a nivel de prestaciones respecto a los de 400V, pero también a nivel económico. Algo que supondrá tener que evaluar hasta donde está dispuesto a pagar el cliente de Audi para tener un superdeportivo eléctrico.
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Vía | Autocar
