El sistema de conducción autónoma puede librarnos de llevar el coche a las revisiones

Cada x años o x kilómetros, todos tenemos que rendir una visita obligatoria a los servicios técnicos o talleres de nuestra confianza. Ya sea un coche de combustión, como un eléctrico, tendremos que realizar las labores de mantenimiento. Un proceso que es muy difícil de evitar si no eres un manitas.

Un tratamiento que habitualmente nos hace perder una importante cantidad de tiempo, principalmente por la lentitud de la atención en estos lugares, y que se incrementa cuando nuestro taller más cercano no está en nuestra ciudad. Algo para lo que algunos fabricantes como Tesla puede tener solución a medio plazo.

Normalmente asociamos los sistemas de conducción autónomos a largos desplazamientos donde podremos relajarnos y dedicar el tiempo a otras cosas. Pero esta revolucionaria tecnología también nos ayudará en situaciones como las de llevar el coche a la revisión.

De esta forma cuando nuestro coche necesite ya sea un cambio de ruedas, un cambio de filtro de aire, o cualquier otro mantenimiento, simplemente pediremos cita por internet, y al dejarnos en el trabajo le diremos al coche la dirección y hora de llegada al taller. De esa forma salvo algún imprevisto, a la salida del trabajo tendremos a nuestro coche esperándonos después de pasar su correspondiente revisión. Un ahorro de tiempo enorme.

Incluso en el hipotético caso de que el coche no pueda estar para ese día, ya sea por que la reparación vaya a ser más importante, no dispongan de las piezas…etc, el concesionario nos avisará y nos enviará un coche autónomo de sustitución para poder continuar con nuestra rutina diaria sin cambios.

Esto además de incrementar nuestra comodidad, y reducir el tiempo que dedicamos a los mantenimientos, puede servir también para reducir la necesidad de tener talleres y concesiones en cada pequeña ciudad. Una concentración que permitirá a las marcas poder lograr un importante ahorro en costes de mantenimiento de las enormes redes comerciales, y por lo tanto, poder ofrecer a sus clientes precios más competitivos.

Una situación que a muchos puede sonar a ciencia ficción, pero que está cada día más cerca gracias a unos sistemas autónomos que en apenas uno o dos años comenzarán su despliegue comercial masivo. Un mercado por desarrollar, que permitirá abrir nuevas vías de negocio, pero también aumentarán la seguridad en la carretera, y la comodidad de los usuarios.

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