Las compañías eléctricas de California piden 1.000 millones de dólares para el despliegue de más puntos de recarga para coches eléctricos
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Publicado: 24/01/2017 11:20
California es uno de los principales valedores para el coche eléctrico. Los esfuerzos de las diferentes administraciones por lograr la reducción de emisiones que ahogan a muchas de sus grandes ciudades, ha dado como resultado el primer mercado de Estados Unidos, llevándose el pasado año casi el 50% del total de ventas de este tipo de vehículos.
Pero esto no parece más que el principio. Coincidiendo con la llegada de Donald Trump a la presidencia del país, la oficina medioambiental de California ha publicado un nuevo proyecto donde se pone el objetivo de lograr una reducción del 40% de las emisiones registradas en 1990 para el año 2030.
También tiene como objetivo poner en las carreteras del estado un total de 1.5 millones de coches eléctricos para 2025. Sin duda unas marcas muy ambiciosas que requerirá una fuerte inversión en aspectos como la infraestructura de recarga.
Precisamente en este aspecto las principales eléctricas del estado han presentado un plan de expansión de la red de recarga, que incluye estaciones tanto para coches eléctricos, así como para autobuses y también camiones de reparto. Un plan que han estimado necesitará una inyección del estado de unos 1.000 millones de dólares, que dará como resultado la instalación de unos 10.000 puntos de recarga.
El objetivo de la industria es situarse en uno de los pocos mercados donde hay expectativas de crecimiento dentro del sector eléctrico. La expansión y abaratamiento de los sistemas solares residenciales, así como de las baterías de almacenamiento residenciales, hace que el negocio tradicional sea cada vez más débil. Una situación que obliga a las compañías a buscar alternativas, como es el del transporte por carretera con sistemas eléctricos.
Como vemos, una estrategia muy diferente a la que podemos ver en otros muchos lugares, no vamos a decir nombres. Un movimiento que permitirá acelerar la transición hacía formas de transporte más sostenibles, tanto privadas como públicas e industriales, que requieren grandes esfuerzos por parte del sector privado, pero también un apoyo por parte de las administraciones públicas.
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Vía | Industryweek