El Volkswagen I.D. supondrá un reto para los diseñadores de la empresa
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Publicado: 31/05/2018 11:53
En noviembre de 2019, Volkswagen comenzará la producción del I.D, el que será su primer coche eléctrico de nueva generación. El modelo, que seguramente no conservará este nombre al llegar a producción, será el encargado de inaugurar una ambiciosa gama 100% eléctrica en el fabricante alemán, en la que podremos encontrar SUVs como el I.D. Crozz, furgonetas como el I.D. Buzz, o incluso berlinas de lujo como el I.D. Vizzion.
Los proveedores para fabricar el I.D. ya ha sido seleccionados, y el diseño ya ha sido finalizado y congelado, siendo en un principio muy similar al concept car. Desde el pasado mes de abril, Volkswagen ya tiene circulando los prototipos de este coche eléctrico que promete suponer un antes y un después en el mercado, entre otras cosas gracias a un precio equivalente al de un Golf con motorización diésel.
El I.D. se asentará sobre la plataforma modular eléctrica MEB. Esta arquitectura es de tipo skateboard (baterías planas en los bajos, motores eléctricos en los ejes), lo que en la práctica permitirá una gran flexibilidad: a pesar de contar con un tamaño similar a un Golf (4,25 metros, segmento C), el interior del I.D. será tan espacioso como un Passat (4,86 metros, segmento D).
Una de las curiosidades más llamativas del I.D. será su configuración «todo atrás»: tendrá el motor en el eje trasero, por lo menos en las versiones que no cuenten con tracción total. Por lo tanto, gozará de tracción trasera, y recuperará la tradición de Volkswagen, que en sus inicios sólo fabricó coches con motor trasero (Beetle, Karmann-Ghia, Transporter T1, T2 y T3…).
Esto permitirá recortar el morro del coche, lo que a su vez dará a los diseñadores una mayor libertad de diseño. Christian Senger, jefe del programa de movilidad eléctrica de Volkswagen, señala que antes los diseñadores tenían que centrar gran parte de su atención en la trasera, dándole más peso visual para contrarrestar el efecto del voladizo delantero.
Además, al necesitar una refrigeración menor que los coches de combustión, el frontal del I.D. será limpio, pues las tomas de aire podrán ser más pequeñas o incluso estar ocultas. Sin embargo, esto tendrá un efecto colateral: de acuerdo con Senger, los diseñadores tendrán que ingeniárselas para integrar los sensores necesarios para la conducción autónoma, que hasta ahora se habían ocultado en las grandes parrillas de los coches de combustión (sin ir más lejos, el Audi A7 oculta dos LiDAR en su gran toma de aire frontal).
Fuente | Driving