Precio y disponibilidad de puntos de recarga son dos de los retos que debe superar el coche eléctrico para convertirse en una alternativa de ventas masiva. La pregunta es el cuándo. Para tratar de averiguarlo, la revista británica Confused, ha realizado un estudio de mercado, y ha conducido una encuesta entre los usuarios, para anticiparse a cuándo será la próxima compra, y los motivos para la toma de una decisión.
Por ejemplo, han visto que uno de cada tres usuarios, el 31%, han indicado que a pesar del elevado precio de los eléctricos, su próximo coche será uno de estos. Una señal de que las ventas se dispararán en los próximos años según llegue el momento del cambio del coche. Al mismo tiempo un 59% ha dicho que el elevado precio de los vehículos ha provocado que de momento no se lo estén planteando.
Por su parte la infraestructura de recarga es también un freno importante. De los participantes, un 73% ha indicado que no tienen conciencia de que exista una mínima red de recarga pública. Y eso a pesar de que Reino Unido es uno de los mercados con mayor implantación de estas tomas, con más de 16.000 estaciones públicas.
El resultado es que el grueso de los consumidores esperarán hasta que estos problemas estén solucionados. Algo que según el estudio no sucederá hasta el año 2023. Momento en el que la densidad de puntos de recarga será aceptable, y el precio de los vehículos haya igualado o mejorado el de los coches con motor de combustión.
La cuestión es que muchos podrían plantearse esperar estos cinco años para dar el salto a un coche eléctrico. Pero desde el propio informe se indica que esto no podría ser una buena decisión económica, debido principalmente al elevado nivel de ahorro que ya ofrece un coche eléctrico. Estiman que el propietario de uno de estos vehículos puede lograr unos 680 euros anuales de ahorro solo en carburantes. Algo que para un conductor medio después de estos cinco años de espera supondría un ahorro de unos 3.400 euros. Y eso solo el ahorro por el uso de electricidad en lugar de diésel o gasolina. A eso hay que sumar los menores gastos de mantenimiento, los incentivos fiscales de algunos estados, el poder aparcar de forma gratuita en algunas ciudades…etc.
A pesar de esto los consumidores encuestados no son muy optimistas con la implantación del coche eléctrico. Estiman que no será al menos hasta 2037 cuando las ventas de estos superen a las de los modelos con motor de combustión
La conclusión es que falta camino por recorrer. Sobre todo en la mejora de los precios de los vehículos, y la infraestructura de recarga. Pero al mismo tiempo hablamos de encuestas realizadas con la vista puesta en la actual tecnología. Unos sistemas que mejoran casi cada año con baterías cada vez más capaces, y vehículos con precios cada vez más contenidos. Algo que dará lugar en menos de cinco años a la creación de una amplia y variada oferta que sin duda dibujará otro escenario, y que animará a muchos escépticos a dar el salto a un coche eléctrico.
Vía | Confused
