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Ahora no Permitir

Un informe indica que muchos consumidores rechazan la compra de un eléctrico por el miedo a lo desconocido

Una encuesta realizada por un grupo formado por la administración pública y algunos fabricantes de Estados Unidos, ha indagado en las razones por las que muchos clientes no están optando por la compra de un coche eléctrico. Y los resultados están siendo cuando menos reveladores ya que nos indican que muchos usuarios no se compran uno de estos coches simplemente por el miedo a adentrarse en terreno desconocido. Ni el precio, ni la autonomía son la principal barrera para una buena cantidad de potenciales clientes.

Disponibilidad de puntos de recarga

Para el 38% de los participantes en esta encuesta, la principal razón para no comprarse un coche eléctrico es el miedo a no poder encontrar un punto de recarga público y funcional en sus desplazamientos. Un apartado que tradicionalmente ha sido marginado por las administraciones a la hora de poner en marcha programas de ayudas, que se han centrado en incentivar las compras de vehículos. A pesar de esto, cada día hay más y mejores puntos de recarga en funcionamiento, lo que sumado al incremento de las autonomías, hace que cada vez sea más fácil completar incluso los desplazamientos más exigentes.

Tiempos de recarga

Otro de los aspectos que más desanima a los compradores son los elevados tiempos de recarga de un coche eléctrico. Para el 36% de los encuestados el problema es que no tienen suficientes horas para cargar su coche cada día. Algo que de nuevo tiene mucho que ver con el desconocimiento, ya que incluso con una toma de baja potencia es posible recargar durante la noche una buena ración de kilómetros:

  • Estándar Schuko (13A/ 230V: 3kW) de 8kms a 13 kms cada hora. En 8 horas recuperamos 104 km de autonomía.
  • Monofasico de 16A (16A @ 230V = 3,6kW) Recargas unos 16kms por hora, 128 km cada 8 horas.
  • Monofasico de 32A (32A @ 230V = 7kW)    40kms por hora o 320 km en 8 horas.

Eso en tomas para el hogar, o puntos acelerados. Luego ya entrarían en juego los puntos de recarga rápida, capaces de ofrecer potencias de 50 kW en la actualidad, y que ya se están actualizando a potencias de más de 100 kW.

La autonomía

Por supuesto la autonomía es una preocupación para muchos interesados en un coche eléctrico. En este caso un 34% han indicado que el miedo a quedarse sin carga frenan su compra. Algo que se podría minimizar o incluso eliminar simplemente realizando una prueba de conducción real en su recorrido diario. Y es que hoy en día la mayor parte de los coches más populares a la venta disponen de autonomías reales por encima de los 200 kilómetros con cada carga.

¿Cuáles son los coches eléctricos con mejor relación precio/batería?

Si atendemos a las estadísticas, en España de media un conductor realiza 12.000 kilómetros cada año. Esto supone apenas 32 kilómetros por día de promedio. Por lo tanto, un coche con entre 200 y 300 km reales debería cubrir las necesidades de una parte importante de la población.

El precio

El coste de los eléctricos en una preocupación para el 31% de los encuestados. Una cifra que coloca a este aspecto en cuarta posición, y eso a pesar de que la mayor parte de los consumidores sólo compara el coste respecto a un modelo convencional, sin tener en cuenta el ahorro operativo en combustible y mantenimientos. Además se añade que muchos clientes desconocen la disponibilidad de ayudas de las administraciones públicas, lo que provoca que la diferencia de coste sea mayor que la real. Un aspecto que de nuevo nos recuerda que el desconocimiento es una gran barrera para el coche eléctrico.

Dificultades para cargar en casa

El 24% de los entrevistados han indicado que los problemas para instalar un punto de recarga en casa puede ser un impedimento para la compra. Los mitos de que no se pueden poner en garajes comunitarios, o que el coste es astronómico, frenan a muchos incluso de contactar con un operador para lograr un presupuesto.

La realidad es que en una vivienda unifamiliar es extremadamente sencillo instalar un punto, mientras que en un aparcamiento comunitario simplemente supondrá tener que informar a la comunidad, no es necesario su permiso, y realizar la obra para llevar el cable desde nuestra plaza hasta el contador. Una operación que habitualmente es sencilla por la cercanía de las plazas con el cuadro de contadores. Por supuesto cada caso es un mundo, y lo ideal antes de asustarse, es contactar con un especialista y solicitar un presupuesto sin compromiso.

Incluso algunas marcas han puesto en marcha campañas que incluyen el cargador y el coste de la instalación. También el fugaz plan de ayudas a la compra de coches eléctricos en España, ponía sobre la mesa hasta 1.000 euros para la adquisición de un punto y su instalación.

Opinión

La conclusión es que muchas compras podrían completarse simplemente con un poco más de información. Por un lado están las marcas, que deberían incentivar las pruebas dinámicas de los coches en el día a día de los clientes. Algo que se podría completar con cesiones durante uno o dos días, para que estos comprueben de la mejor manera posible si el vehículo se adapta a sus necesidades.

Desde la empresas se debería incentivar la instalación de puntos de recarga para sus empleados. Por ejemplo, grandes empresas como Aena, la encargada de la gestión de los aeropuertos, dispone de amplios espacios de aparcamiento para sus trabajadores, pero estos no tienen ni un simple enchufe schuko para la recarga.

Por supuesto desde el gobierno deberían ponerse en marcha las medidas necesarias para reducir los miedos que según este informe más atenazan las ventas. La expansión de las redes de recarga que se muestran imprescindibles como elemento psicológico para que los consumidores decidan abandonar sus coches diésel y gasolina, para adoptar formas más sostenibles.

No nos olvidamos de las empresas eléctricas. Las grandes beneficiadas por la expansión de los coches eléctricos, y que en el caso de España han pasado de puntillas por el sector. Deberían liderar la instalación de puntos de recarga, además de poner en marcha iniciativas que faciliten la creación de redes de recarga rápida con facilidades para su instalación y operatividad. Y es que el absurdo coste del término fijo potencia sigue siendo una barrera para animar a nuevas iniciativas.

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