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BMW y Tesla consiguen esquivar la guerra comercial entre Estados Unidos y China

La guerra comercial entre China y Estados Unidos propiciada por el presidente americano Donald Trump está afectando a numerosas industrias, entre ellas, la del automóvil. La lucha económica entre ambos países parece estar recrudeciéndose a medida que los gobiernos de ambos países van gravando más productos con aranceles cada vez más elevados, lo que tiene como consecuencia un encarecimiento cada vez mayor de ciertos bienes.

Esto ha afectado directamente a marcas como Tesla, que ha visto como el precio de los Model S y Model X subían un 20% en el país asiático después de que el gobierno chino comenzara a aplicar un nuevo impuesto sobre los coches fabricados en Estados Unidos a modo de venganza por la subida de aranceles de Trump a numerosos productos fabricados en China.

Otras empresas como BMW, cuya producción destinada a China tiene origen mayoritariamente en Estados Unidos, también se están viendo afectadas por esta batalla. Sin embargo, ante la guerra comercial, las marcas están comenzando a mover ficha. BMW recientemente ha adquirido un porcentaje mayoritario en su empresa conjunta con la compañía china Brilliance gracias a un acuerdo entre Alemania y China, lo que permitirá a la empresa tener un mayor control sobre su producción en el país asiático y, llegado el momento, depender en menor medida de la producción estadounidense.

Tesla por su parte ha anunciado la creación de una nueva Gigafábrica (la tercera hasta la fecha) en suelo chino, pues al pasar a fabricar coches en el país asiático, podrán esquivar los aranceles. La Gigafábrica 3 de Shanghai tendrá capacidad para producir 500.000 vehículos de forma anual, y se centrará en la fabricación de los modelos más económicos de la marca, los Model 3 y Model Y, pues ambos son claves de cara a la expansión internacional de la marca californiana.

El presidente Donald Trump ha criticado a empresas como Harley-Davidson por querer trasladar su producción a la Unión Europea para poder esquivar los aranceles chinos, y ha amenazado a la propia UE con la creación de elevados impuestos para los coches fabricados en territorio europeo. Ante esto, Alemania ha abogado por disminuir los aranceles a los coches fabricados en Estados Unidos, para con ello disuadir a Trump de llevar a cabo una acción que afectará de lleno a la industria automovilística europea.

¿Cómo afectará esta guerra comercial al coche eléctrico? Por un lado, es probable que retrase la expansión de marcas de origen chino como BYTON en Estados Unidos, así como de otras compañías con plantas productivas en el país asiático, como la sueca Polestar. Por otro, disminuirá la competitividad de muchas marcas estadounidenses en el sector del coche eléctrico en China, que es actualmente el mayor mercado para los vehículos a baterías del mundo. Esto afectará de forma importante a gigantes como Ford o General Motors. ¿La solución? Seguir el ejemplo de Tesla y BMW e intentar asentarse lo más rápidamente posible en China.

Fuente | Automotive News

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