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¿Somos poco ambiciosos con el coche eléctrico en España?. Bilbao anuncia un plan para que el 20% de sus coches sean eléctricos en 2030

Ayer ha tenido lugar el acto de presentación de la cuarta estación de recarga rápida que se ha instalado en Bilbao. Una estación operada por IBIL que está situada en la la plaza del Bombero Etxaniz, a la que se sumará en breve un quinto punto situado en la calle Sabino Arana.

Durante el acto de presentación el Concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Bilbao ha realizado unas declaraciones en las que ha puesto sobre la mesa el plan que ha supuesto la instalación de 23 puntos localizados en aparcamientos municipales, que contribuyen a la electrificación de la movilidad en la capital vizcaína, en sintonía con lo plasmado en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS).

Este plan contempla que para el año 2030 el 20% de los vehículos censados en la capital vizcaína sean eléctricos, lo que desde el Ayuntamiento de la ciudad vasca indican que constituye «un objetivo muy ambicioso para el que es necesario establecer las mejores condiciones para ello en la ciudad»

La cuestión es que hablamos de una fecha bastante lejana, y una cuota de mercado muy baja. Son 12 años por delante en los que muchos bilbainos que se acaban de comprar un coche afrontarán la renovación del mismo. Un momento en el que la oferta se habrá multiplicado, así como las autonomías y los puntos de recarga públicos.

Es por eso que queremos poner sobre la mesa la poca ambición de nuestros políticos, que se marcan cifras muy pobres. Por ejemplo, podemos comparar este proyecto con el de países como Reino Unido, Francia, India, que han indicado que para 2040, apenas 10 años después del plan de Bilbao, pretenden prohibir las ventas de este tipo de vehículos en todo el país.

Y eso que no hablamos ni mucho menos de los estados que más rápido están avanzando. Mientras que la ciudad vasca aspira a un 20% de coches eléctricos en 2030, Noruega quiere que sea el 100% en 2025. Algo que a la vista de la evolución del mercado, posiblemente logren sin mayores problemas.

El principal problema es que Bilbao es sólo un pequeño ejemplo de los objetivos tan pobres a largo plazo de nuestras ciudades. Medidas como la prohibición de acceso a las ciudades, que pueden anunciarse con años de antelación, y que servirán para facilitar a los indecisos el dar el salto a un coche eléctrico ya a corto plazo. Todo por el miedo en el futuro por ejemplo a no poder entrar o circular por las calles de su ciudad. Medidas con un coste cero que tienen más una labor de concienciación.

Algo que ya estamos viendo como se empiezan a implementar en algunas urbes, pero que tendrían que contar con más presencia dentro de los proyectos de movilidad sostenible de las ciudades españolas.

Vía

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