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¿Cómo gestionar correctamente la red de recarga para coches eléctricos?. Coches de combustión que aparcan, híbridos enchufables, recarga nocturna…

En Alemania, como en casi toda Europa, hay un debate sobre como deben reaccionar las autoridades sobre el mal uso de las estaciones de carga para coches eléctricos. Un problema que agrava la falta de lugares donde cargar las baterías, y que se convierte en una de las principales barreras para lograr expandir las ventas más allá de los grupos de los más convencidos.

Es por eso que hay un debate de cómo deben tratar la legislación esta infraestructura. Y es que la situación es bastante compleja. Por ejemplo, está uno de los clásicos como es que los modelos convencionales ocupen las pocas plazas de recarga. Una molestia que para algún usuario puede convertirse en una desagradable experiencia si llega a dicha estación con la imperiosa necesidad de cargar.

En algunas ciudades alemanas el propietario puede llamar a la policía. Unas autoridades que de forma automática ponen una multa al infractor. Pero luego el siguiente paso dependerá de varios factores. En algunas ciudades se llama a la grúa directamente, y se llevan al vehículo infractor al depósito, liberando de forma automática el puesto, y dándole una lección económica muy importante al propietario.

Pero en otras localidades, como Munich, han optado por una opción menos radical y que han denominado como «proporcional. Si hay algún punto de recarga cercado, animan al denunciante a usar ese punto. Por supuesto, el conductor del modelo de combustión se encontrará una buena multa en su parabrisas al llegar. En caso de que de nuevo se reciba un aviso de otro usuario, y este no tenga una alternativa, en ese caso se avisará a la grúa.

Cada cuidad, su normativa

Uno de los problemas a los que se enfrenta un usuario que viaje entre diferentes ciudades, es que cada una tiene competencias para establecer las normas de convivencia de las plazas de recarga.

En ciudades como Hamburgo han tenido esto en cuenta. Allí los coches eléctricos y los híbridos enchufables pueden usar las infraestructuras durante el día, y además pueden hacerlo de forma gratuita durante dos horas. Se llama periodo de gestión, y supone que de 8 de la mañana a 9 de la noche sólo podrán estacionar en esas plazas vehículos eléctricos que recarguen sus baterías. A partir de esa hora podrán estacionar sólo eléctricos, incluso aunque no carguen.

Pero en Munich se requiere expresamente que los coches eléctricos que se estacionen en estas plazas con punto de recarga, también se carguen. En este caso se permite un máximo de cuatro horas de tiempo de carga. Algo que provoca que encontrar un lugar donde recargar el coche sea algo más difícil que en Hamburgo, con su norma de 2 horas máximo.

Y qué pasa con los híbridos enchufables

Hay un últimos problema de convivencia que de momento ninguna ciudad ha afrontado. Se trata del uso de las redes de recarga por parte de los híbridos enchufables. Unos modelos que por un lado sus propietarios tienen la posibilidad de llegar a su destino con la ayuda del motor de combustión aunque se queden sin carga en sus baterías. Por otro lado sus cargadores suelen tener una potencia muy limitada, 7 kW en el mejor de los casos aunque la mayor parte de los que hay en la carretera son de apenas 3.7 kW, lo que alarga la operación de carga de forma interminable, bloqueando dicha estación durante horas para ofrecer apenas unas decenas de kilómetros de autonomía.

Algunas ciudades han propuesto regular el uso por parte de dichos modelos, dando prioridad a los eléctricos puros. Unos modelos que a diferencia de los enchufables, sin carga en sus baterías no pueden moverse.

Pero en la práctica no será fácil regular este apartado. Habría que crear un listado disponible para que las autoridades pudiesen identificar que tecnología utiliza cada vehículo, y comprobar si está o no autorizado para usar esa estación. Algo que hace que muy posiblemente no sea posible ponerlo en funcionamiento.

Conclusión

Lo que está claro es que la batalla es principalmente contra los modelos de combustión que invaden de forma sistemática los espacios para cargar, y que necesitará una fuerte campaña de concienciación por parte de las autoridades para ir cambiando la mentalidad. Algo que por desgracia como vemos no es un problema sólo de nuestro país, y que afecta a todos los mercados. Y la solución al menos de momento en Alemania es multa, y grúa.

Pero incluso una vez superado el problema de la invasión del espacio de los modelos convencionales, habrá que solucionar el de convivencia de los eléctricos. Tal vez la mejor opción sería ofrecer un sistema similar al de Hamburgo, con dos horas máximo de estacionamiento, pero con la obligación que establece Munich de que el coche esté cargando en todo momento.

Y por las noches habilitar parte de esos espacios, situados en el centro de las ciudades, como zona de estacionamiento y carga lenta para residentes sin plaza de garaje propia. Una forma de dar servicio durante la jornada, y ofrecer una alternativa a los muchos usuarios sin garaje que quieren disfrutar los los muchos beneficios de conducir un coche eléctrico, y que no lo hacen precisamente por no tener donde estacionar/cargar su coche por las noches.

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