De acuerdo con una reciente encuesta, más de la mitad de los conductores de Reino Unido se muestran favorables a que los vehículos con motorizaciones diésel sean prohibidos en las ciudades debido a los problemas de contaminación que ocasionan. Una muestra más de que el diésel ha caído en desgracia en Europa no sólo a nivel institucional, sino también entre los usuarios.
Este porcentaje aumenta hasta un 80% cuando se pregunta a los conductores si los coches diésel deberían ser prohibidos en las áreas situadas alrededor de escuelas y hospitales, mientras que casi un tercio declara que los coches diésel deberían estar prohibidos en todas las carreteras. Por otro lado, el 70% de los conductores encuestados creen que la contaminación de las ciudades está dañando su salud.
Esta encuesta fue realizada a 2.000 personas para Slater y Gordon, un bufete de abogados que representa a 45.000 conductores en una demanda colectiva contra Volkswagen por el escándalo Dieselgate, en el que se descubrió que el fabricante alemán utilizaba un sistema para falsear las emisiones de sus motores TDI durante las pruebas de homologación.
De acuerdo con las cifras manejadas por el gobierno de Reino Unido, entre 28.000 y 36.000 personas mueren al año en el país a raíz de la contaminación ambiental. De acuerdo con los grupos de presión y numerosas asociaciones médicas, los esfuerzos del gobierno inglés por atajar esta situación están siendo poco ambiciosos y a todas luces insuficientes, pues numerosas zonas urbanas presentan niveles de óxidos de nitrógeno (emitidos fundamentalmente por vehículos con motorizaciones diésel) peligrosamente elevados.
Las ventas de coches diésel están cayendo de forma muy notable en Reino Unido: los datos de julio muestran una caída del 30% respecto al año pasado, debido principalmente a que los conductores están preocupados no sólo por los altos niveles de contaminación, sino también por las futuras restricciones a las que se enfrentarán este tipo de vehículos en el futuro (por ejemplo, en ciudades como Londres los coches más contaminantes ya pagan una tasa extra).
«Los conductores querían automóviles limpios, ecológicos y eficientes, y ahora están empezando a darse cuenta de que se les vendió una mentira y que sus coches no cumplen con esa promesa», declara Gareth Pope, jefe de litigios grupales de Slater y Gordon. «Esta encuesta ha demostrado que el escándalo de las emisiones de Volkswagen y las revelaciones sobre cómo los fabricantes han engañado en las pruebas [de emisiones] han tenido un impacto enormemente negativo en toda la industria».
Fuente | The Guardian
