El FBI ha comenzado a investigar a Tesla en relación a las estimaciones sobre la producción del Model 3 que hicieron públicas en el año 2017 y que finalmente han sido incapaces de cumplir. El trabajo del FBI consistirá en averiguar si la marca era consciente cuando anunció sus objetivos de producción de que estos eran inalcanzables, mintiendo a los inversores y aprovechándose de su legión de seguidores para manipular el valor de las acciones.
Lo cierto es que la lista de promesas incumplidas por Tesla es relativamente grande, o más bien su lista de retrasos: a pesar de que finalmente la empresa californiana suele terminar por cumplir con sus promesas, lo cierto es que suelen retrasarse mucho en sus objetivos a la hora de lanzar al mercado nuevos modelos, cosa que ocurrió con el Model X y el Model 3, y que probablemente vuelva a ocurrir con los Semi y Model Y.
Tesla lleva empleando desde hace años una agresiva estrategia para sobrevivir: a base de anunciar a bombo y platillo sus ambiciosos proyectos, consiguen captar la atención de los medios, consiguen el apoyo masivo de sus numerosos seguidores, y las acciones suben a raíz de ello. Normalmente las empresas no suelen dar muchos detalles sobre sus planes de futuro para evitar incumplir plazos, pero como puede verse, a Tesla le compensa la mala prensa de no cumplir con sus plazos.
Por el momento, la marca ha conseguido cumplir con sus objetivos de producción para el Model 3 con casi un año de retraso. Sin embargo, todavía no han sido capaces de poner a la venta la versión Standard de 35.000 dólares, siendo el modelo más barato el Mid Range de 46.000 dólares. Por lo tardo, todavía queda camino por recorrer hasta que la marca disponga en su gama del coche eléctrico asequible que prometieron cuando el Model 3 fue presentado.
¿Qué consecuencias podría tener para la compañía si finalmente el FBI llega a la conclusión de que desde el principio sabían que sus objetivos eran imposibles de cumplir en el plazo anunciado? Por el momento no está muy claro, pero es altamente probable que la compañía sufriera una sanción económica, mientras que algunos directivos podrían verse castigados por la ley, incluyendo a Elon Musk, su director ejecutivo.
Mientras el FBI sigue investigando, Tesla vive por primera vez en meses un momento tranquilo, pues han conseguido alcanzar los ansiados beneficios y han estabilizado la producción del Model 3.
Fuente | Motor.es
