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Volkswagen planea abrir una nueva fábrica en Estados Unidos para la producción de coches eléctricos

Volkswagen ha decidido ir a por todas en su objetivo de convertirse en el mayor fabricante mundial de vehículos eléctricos. Tras sus planes para la producción de la gama eléctrica ID en Europa y la comercialización de una cartera de modelos como el ID Neo, el compacto llamado a sustituir al Golf, el ID Vizzion, una berlina al estilo del Passat, y la reciente confirmación del desarrollo de un B-SUV de precio asequible, la marca alemana ha decidido expandir sus planes de electrificación por Estados Unidos.

El fabricante ha confirmado a través del nuevo CEO del Grupo en América que están decidiendo dónde ubicar una nueva planta en América del Norte para fabricar vehículos eléctricos para el mercado estadounidense. Scott Keogh, el nuevo hombre de Volkswagen para pilotar esta expansión por suelo americano, dijo que necesitaban unas nuevas instalaciones para construir un vehículo, aún sin confirmar, con un precio entre 30.000 y 40.000 dólares bajo la marca Volkswagen y que debería entregarse a partir de 2020.

Según palabras de Scott Keogh en el Salón del Automóvil de Los Ángeles, «estamos 100% seguros en el proceso de búsqueda de una planta de automóviles eléctricos en América del Norte, aunque por el momento solo estamos entablando conversaciones«. Por sus palabras podemos especular que la marca alemana está hablando con General Motors para la adquisición de una de las tres plantas que el grupo estadounidense pretende clausurar en territorio norteamericano. Por otro lado, el nuevo modelo de VW que se fabricaría en esa planta podría ser, debido al rango de precios en los que se movería, una berlina de tamaño medio que competiría directamente con el exitoso Tesla Model 3.

De hecho, entre los planes de Volkswagen en su desembarco en Estados Unidos está la de arrebatarle una gran porción de mercado a la marca californiana, para lo que va a invertir unos 44 millones de euros en el desarrollo de automóviles eléctricos, en conducción autónoma y en nuevos servicios de movilidad de cara al año 2023. Por otro lado, sigue manteniendo negociaciones con el gigante Ford para el desarrollo de una gama de vehículos comerciales conjunta.

Para cumplir con los plazos establecidos por el propio fabricante, el nuevo vehículo se importaría desde Europa a partir de 2020 hasta que la nueva planta de Volkswagen en Estados Unidos estuviera lista para la producción de vehículos, según declaraciones de Scott Keogh. Otra de las posibilidades que se barajan es la de comenzar la producción en la planta que VW tiene en Tennessee, donde ya se fabrican el Passat y el Atlas y cuya capacidad puede verse aumentada para producir el nuevo modelo eléctrico.

A pesar del gran éxito del que goza Tesla en territorio norteamericano, para Volkswagen no es demasiado tarde para cautivar a un mercado que, en palabras de Keogh, «presenta una oportunidad masiva«. Según el análisis de Scott Keogh, «la sincronización del mercado en realidad es bastante perfecta. Tiene esa intersección entre poder reducir suficientemente los costes para producir un automóvil eléctrico a bajo precio, ganar suficiente dinero, tener la capacidad tecnológica suficiente para lanzar este tipo de vehículo al mercado y tener acepcación. Cuando todo esto se cruza, es el momento perfecto para disparar».

Vía | Reuters

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