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ADAC prueba los diferentes cargadores para coches eléctricos, y concluye que lo barato puede salir muy caro

El club automovilista alemán ADAC ha sometido a pruebas a una serie de cargadores domésticos de pared para establecer una guía sobre qué cargador adquirir e instalar en nuestro hogar dependiendo del vehículo que tengamos. Además, una parte de esas pruebas se han realizado con el objetivo de ver qué eficiencia tienen, qué tal es su facilidad de uso y qué nivel de seguridad tienen en caso de algún fallo eléctrico, ya sea de la red o del vehículo.

Normalmente, cuando se adquiere un vehículo eléctrico, el mismo concesionario tiene disponible una wallbox o «caja de pared» para realizar la carga del vehículo, que la mayoría de usuarios deciden comprar junto con el mismo. Pero actualmente, la oferta es mucho más amplia, y se encuentran un gran número de cargadores de pared disponibles en el mercado, ya sea en plataformas online o en tiendas físicas.

Dependiendo de la potencia de carga y del modelo de cargador, los precios de uno de estos cargadores oscilan entre los 500 y los 2.500 euros, aunque existen unidades en comercios minoristas por alrededor de 300 €. A este precio hay que sumarle los costes de instalación, que debido a la complejidad de conectar uno de estos cargadores a la red eléctrica doméstica, esta se tiene que realizar siempre bajo la legislación vigente y únicamente por un electricista cualificado.

Los cargadores probados en este test oscilan entre los 3’7 y los 22 kW, un total de doce modelos en los que se ha evaluado la confiabilidad entre la carga anunciada y la suministrada, la simplicidad a la hora de realizar la operación y la seguridad del propio aparato. Los resultados revelan grandes diferencias entre los modelos probados. Al menos seis cargadores recibieron la calificación de «buenos» o «muy buenos», sin embargo, tres dispositivos tienen ciertas debilidades que han sido catalogados como «suficientes», y otros tres son tan peligrosos que han sido calificados como «malos».

El cargador que mayor puntuación obtuvo fue el de la marca alemana ABL de 11 kW de potencia, con un precio de 865 €, seguido del cargador de Mennekes de 22 kW de potencia de 1.903 € de coste. Las siguientes recomendadas fueron las wallbox de Keba y Wallbe, de 762 y 499 € respectivamente, que se sitúan entre los 3’7 y los 4’6 kW de potencia, y las Innogy y Schneider-Electric, de 11 kW de potencia y con un valor de 707 y 965 € respectivamente.

Sin embargo, estas dos últimas no llevan instalada una protección contra fallos de corriente continua, la cual es obligatoria a la hora de realizar modificaciones en la instalación eléctrica de casa, cuyo precio se sitúa entre los 300 y 400 € adicionales al valor del cargador. Para los cargadores de Keba y Wallbe solo hay que añadir la protección contra fallos en corriente alterna, cuyo precio se sitúa entre los 20 y los 40€.

Los peores cargadores son, según el experto de la Asociación Alemana de Tecnología Eléctrica y de la Información (ZVEH), Andreas Habermehl, los de los fabricantes Annies-Carparts y Franz Röcker, ya que en las pruebas se vio que «estas wallboxes no se apagan si el vehículo muestra un mensaje de error o si se produce fuego o lesiones personales al ususario«.

Ya que el camino que han comenzado los vehículos eléctricos parece largo, la asociación recomienda la compra de un cargador de uso universal para poder utilizarlo con diferentes vehículos a lo largo del tiempo, como por ejemplo el cargador de pared trifásico de 11 kW de la marca ABL, el ganador de la prueba. También se puede adquirir uno monofásico de 3’7 kW si se tiene un Nissan LEAF, uno bifásico de 7’4 kW si se posee un Volkswagen e-Golf, o un cargador trifásico de 11 kW si se tiene, por ejemplo, un Renault ZOE.

Fuente | ADAC

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