El diésel sigue cayendo en picado en España: en febrero sólo supuso el 38,2% de las ventas totales

Los estragos del Dieselgate se siguen haciendo notar. La mala imagen pública del diésel y los continuos anuncios de restricciones en las grandes ciudades a este tipo de motores siguen afectando a las ventas del otora combustible más exitoso de nuestro país: en febrero, tan solo el 38,2% de las ventas de vehículos nuevos se correspondieron con modelos diésel.

Los motores gasolina han supuesto por su parte el 56,4% de las matriculaciones, mientras que los híbridos y eléctricos continúan estancados por las falta de subvenciones del gobierno central: apenas un 5,5% del total, una cifra ridícula si tenemos en cuenta que en países como Noruega los híbridos enchufables y los eléctricos puros suponen más del 40% de las ventas (y eso sin incluir a los híbridos no enchufables en el recuento).

Esta tendencia a la baja coincide con el anuncio de numerosas marcas de que dejarán de desarrollar sus familias de motores diésel. Sin ir más lejos, Volvo no creará una nueva generación de sus motores D, que probablemente serán sustituidos de forma paulatina por híbridos gasolina-eléctrico. Sin embargo, en el caso de la marca sueca esto también será un paso intermedio, pues también han anunciado el abandono paulatino de su gama de motores gasolina T.

Así, el diésel parece que va a continuar con su tendencia a la baja a lo largo del año, quedando cada vez más relegado a nichos del mercado como las grandes berlinas, los SUV de gran tamaño y los todoterrenos puros. Su desaparición en el segmento A (coches urbanos) ya casi se ha consumado por completo, mientras que en el popular segmento B (utilitarios) cada vez pierden más terreno.

Por ejemplo, el Skoda Fabia acaba de eliminar todos los motores TDI de su oferta, mientras que sus hermanos Polo e Ibiza apenas ofrecen dos motorizaciones con dicho combustible, cuyas ventas cada vez son más minoritarias en ambos modelos.

Fuente | ANFAC