Ayer hemos conocido una nueva sentencia relacionada con la manipulación de las emisiones contaminantes de una gran marca alemana. El turno le ha tocado al grupo Daimler (Mercedes, Smart…) que ha sido castigado con una multa de 870 millones de euros por las autoridades germanas por negligencia a la hora de controlar las emisiones de sus vehículos.
La fiscalía alemana descubrieron en sus investigaciones que el fabricante vendió alrededor de 684.000 vehículos que no cumplían completamente con las regulaciones sobre emisiones de óxidos de nitrógeno. Algo que ha provocado la millonaria multa y un nuevo golpe al prestigio de la poderosa industria automovilística local.
Desde el fabricante se muestran tranquilos e indican que la multa no supondrá un impacto en los resultados de su tercer trimestre, que está a punto de terminar. Pero no está siendo un año demasiado bueno para el grupo a nivel económico, ya que en el primer trimestre han logrado 2.100 millones de beneficios, mientras que en el segundo han perdido 1.200 millones.
Un nuevo caso que se suma a una lista cada vez más larga que han tenido como resultado en sus últimos sucesos con sanciones como los 535 millones impuestos a Volkswagen el pasado mes de mayo, así como los 90 millones que recibió el fabricante de componentes Bosch.
Opinión: ¿Más escándalos a la vista?
La cuestión es que estas sanciones han tenido lugar en un marco donde los límites de emisiones eran bastante más asequibles que el escenario que deberán afrontar a partir del 1 de enero de 2020. Pasaremos de un marco donde podían llegar a los 120.4 gramos de CO2 por kilómetro establecido en 2018, a uno donde no podrán superar los 95 gramos de CO2 por km.
A partir de 2020 las multas además aumentarán por el exceso de emisiones, llegando a los 95 euros por cada gramo de CO2 superado respecto al máximo indicado. Algo que obligará a las marcas a invertir de forma más intensa en ampliar su gama de coches híbridos, híbridos enchufables y eléctricos, afrontar fuertes multas.
Por ejemplo un coche que este año cumpla la normativa, por ejemplo con 120 gramos de CO2 por kilómetro, el próximo año tendrá que afrontar una multa de 2.413 euros. Si ese coche vende 100.000 unidades, entonces la multa será de unos 240 millones de euros para la marca. Unas cifras que luego pueden compensar con las emisiones que se ahorren gracias a los modelos que emitan menos de 95 gramos por km, o como es el caso de FIAT, con la compra de créditos de emisiones a marcas como Tesla.
Las estimaciones indican que entre 2020 y 2021, marcas como Volkswagen y el grupo FIAT, afrontarán sanciones de 1.830 y 746 millones de euros al año respectivamente, y eso sólo en Europa. Algo que puede provocar que algunas marcas se sientan tentadas de volver a modificar de forma ilegal las emisiones de sus gamas cada vez más dependientes de modelos como los SUV, y además de motorizaciones gasolina, o se vean en la necesidad de elevar de forma sustancial los actuales precios de venta.
Una combinación explosiva que convertirá 2020 en un año de lo más movido para los grandes fabricantes y al que muchos ya califican como «el annus horribilis» del sector en Europa por las profundas consecuencias que traerá. Algo que tendrá una gran repercusión en un mercado como el de España, donde las emisiones medias de CO2 de los coches de nueva matriculación en el primer semestre de 2019 aumentaron un 1,7% respecto al mismo periodo del año anterior hasta llegar a los 118g/km, después de haber experimentado también aumentos en los dos últimos ejercicios.
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Vía | Welt
