El Ulstein SX190 es un interesante proyecto que pretende demostrar que es posible electrificar incluso aquellos sectores donde es necesario un uso masivo de energía. Un buque eléctrico dotado de un sistema con pila de combustible de hidrógeno dedicado a la construcción y reparaciones que será el primero de su clase en llegar al mercado y que ya está siendo desarrollado por una empresa noruega.
Conocido como Ulstein SX190 Zero Emission DP2, este buque ha sido diseñado para atender a una amplia variedad de operaciones que tienen lugar en alta mar y cuyo sistema de propulsión está siendo desarrollado por la compañía holandesa Nedstack, especializa en sistemas de celdas de combustible (PEM). Una empresa con más de dos décadas de experiencia trabajando con el hidrógeno y que cuenta con varios récords en su curriculum, como el contar con la planta PEM más antigua, la más grande del mundo y la primera en megavatios (MW).
Ahora Nedstack puede añadir a su historial también el desarrollar la embarcación de a hidrógeno más grande del mercado. Se trata de un modelo de 99 metros de eslora impulsado por un sistema de motores eléctricos capaces de ofrecer una potencia en cada uno de sus dos impulsores de 1.280 kW, y en sus dos propulsores de 750 kW, y que le propulsan hasta una velocidad máxima de 11 nudos.
Un enorme sistema con cifras realmente abrumadoras como el contar con una potencia total instalada de 7,5 MW, de los cuales 2 MW son generados por un sistema de pila de combustible de membrana de intercambio de protones (PEM) que se encuentran en una segunda sala de máquinas separada.
En una primera fase el sistema permitirá a este modelo poder operar libre de emisiones durante cuatro días. Una cifra que podrá ser extendida mediante el uso de los motores diésel que funcionarán como extensores de autonomía en caso de ser necesario. En una segunda fase se espera ampliar la capacidad de los depósitos de hidrógeno, para llevar la autonomía hasta las dos semanas.
Además de su menor impacto en cuanto a emisiones, este sistema eléctrico permite acceder a prestaciones básicas en este tipo de vehículos como el poder mantener su posición incluso cuando existan malas condiciones en el mar. Situaciones donde es necesario un elevado nivel de energía fluctuante. Un escenario idóneo para los motores eléctricos.
Un buque que está en su fase final de desarrollo y que en breve comenzará a construir sus primeros modelos de prueba. Unas pruebas reales que los responsables del proyecto esperan den comienzo en 2022 y que esperan sirva para comenzar a desarrollar una industria que saque provecho al trabajo realizado hasta ahora en pilas de combustible de hidrógeno, que permitirán a su vez reducir de forma drástica las emisiones de CO2 y NOx del actual sistema de transporte marítimo.
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Fuente | Ulstein
