National Express es un operador de autobuses interurbanos e interregionales que presta servicios en toda Gran Bretaña, y esta semana ha sorprendido a todos con uno de los proyectos de transformación más ambiciosos de Europa. Una iniciativa que le llevará a eliminar de su flota todos los modelos diésel e híbridos, y sustituirlos por autobuses eléctricos en apenas 10 años.
Este es una idea que ya hemos escuchado antes de otros muchos operadores. Pero National Express irá un paso más allá y además de realizar un enorme esfuerzo económico para sustituir sus 1.600 autobuses diésel, lo hará además de una forma paulatina que supondrá el ir renovando los modelos convencionales según vayan terminando su vida útil.
Esto supone que la empresa será la primera en anunciar que desde este año, ya no comprarán más autobuses diésel. Algo que convierte a este importante operador en el primero en salirse de las listas de compras de los fabricantes tradicionales que ya no podrán colocar más vehículos en este grupo.
Las razones para este movimiento radical se basan en aspectos como las emisiones. Según Dean Finch, director ejecutivo del Grupo National Express: «El viaje en autobús y autocar ya es una de las formas más ecológicas de moverse, ya que cada autobús retira hasta 75 autos de la carretera. Sin embargo, entendemos el imperativo de ir mucho más allá, por lo que hoy estamos estableciendo la ambición de ser el primer grupo de transporte de cero emisiones en el Reino Unido. Nuestra decisión de nunca más comprar un autobús diesel en el Reino Unido, junto con nuestro apoyo para liderar la transición de emisiones cero en autocar, colocará nuestras operaciones a la vanguardia de los esfuerzos para abordar el cambio climático y la mala calidad del aire. Simplemente creemos que esta es la hacer lo correcto para nuestros clientes, las comunidades a las que servimos y nuestros inversores».
Ahora se abre un periodo donde la empresa tendrá que seleccionar a los suministradores para comenzar una transición que incluirá la compra de modelos nuevos, pero también la transformación de algunos de los modelos diésel actuales en eléctricos. Una iniciativa que supondrá poner en la carretera al menos 600 autobuses eléctricos para 2035, que permitirá a la compañía situarse a la cabeza del sector en cuanto al cambio hacia formas de movilidad más sostenibles, y que les permitirá también ser de los primeros en experimentar los beneficios económicos que supondrá la reducción de costes operativos de una flota eléctrica.
Algo que como vemos necesitará 10 años para completarse, pero que supone una cuenta atrás para la industria de los autobuses que ve como el tiempo se agota para los modelos diésel.
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Fuente | National Express
