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Más de 10.000 técnicos luchan por terminar el software del ID.3 para el verano. De no lograrlo, corre peligro el puesto del presidente Herbert Diess

El diario alemán Manager Magazin ha publicado un artículo donde se detalla el elevado nivel de importancia que ha adquirido el proyecto ID de Volkswagen. Una iniciativa que pretende poner en la calle este verano un coche eléctrico de nueva generación con el que dar inicio a un enorme proyecto que supondrá movilizar decenas de miles de millones de euros, todo para salvar a la marca de la enorme transformación que está sufriendo el sector.

El problema es que el desarrollo de aspectos como el software está chocando con más dificultades de las esperadas. Todos los días se producen reuniones estratégicas a primera hora de la mañana en las instalaciones de Wolfsburgo, donde entre 50 y 100 de los principales responsables de la marca se reúnen para ver como va el desarrollo del sistema que llevará en su interior el ID.3 y que está siendo diseñado por un ejército de técnicos que ha llegado a las 10.000 personas.

A estas reuniones acuden desde el director de desarrollo de Volkswagen, Frank Welsch, el director del área digital, Christian Senger, y el responsable de la división de coches eléctricos, Thomas Ulbrich. Incluso el mismísimo el presidente del grupo, Herbert Diess, se deja caer por estas reuniones. Algo que nos indica el nivel de importancia que este proyecto tiene para el presente y el futuro de la marca.

Y es que según la prensa alemana si no se logra llegar al objetivo de iniciar las entregas este verano, serán muchas las cabezas que rodarán. Incluso algunos de los principales responsables del desarrollo del software ya han sido despedidos en una dinámica que los rumores indican que de llegar al punto de tener que retrasar el lanzamiento, podría incluso llevarse por delante al propio Herbert Diess, presidente de Volkswagen.

De momento de forma oficial se mantienen los plazos marcados y que indican que entre los meses de junio y julio comenzarán las entregas a los primeros clientes en Alemania, para a finales del verano extender las mismas al resto de Europa.

Pero fuentes internas y anónimas indican que esto no será posible de lograr, salvo un cambio radical en los próximos meses. Algo que llevaría a un escenario incierto donde algunos sillones podrían tambalearse y llevarse por delante a grandes nombres dentro de Volkswagen, que podría tener un efecto dominó en el resto del grupo.

Y es que el lanzamiento del ID.3 están muy pendientes algunas de las marcas del grupo, como SEAT o Skoda, para poder poner a la venta sus propias variantes. Unos modelos que les permitirá reducir el impacto de las multas por emisiones contaminantes que afectarán de forma muy importante a unas marcas con una fuerte dependencia de la venta de SUV diésel y gasolina que como hemos visto ayer, incluso con la llegada a tiempo del ID.3 tendrán que afrontar sanciones importantes a corto plazo. Algo que será todavía más dañino en caso de cualquier retraso en este proyecto capital.

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