Después de comenzar la transición en tierra, ahora los sistemas de propulsión eléctricos están comenzando a poner sus miradas en otros sectores a priori mucho más complejos como son los barcos, trenes, e incluso el denominado Santo Grial, los aviones. Un elemento con una fuerte relación con los contaminantes combustibles fósiles que han visto como han comenzado el desarrollo de alternativas cero emisiones. La pregunta es el cuándo.
Según Julian Renz, director ejecutivo de la startup británica ZeroAvia, en 2035 podremos ver los primeros aviones comerciales cruzando el océano Atlántico y conectando Europa con América.
Para lograrlo habrá que desarrollar una tecnología que está en plena fase de I+D, con unas primeras pruebas realizadas el pasado mes de junio que continuarán este próximo mes de septiembre con el arranque de la nueva fase.
Una de las claves del optimismo de ZeroAvia es que no optarán por las pesadas baterías de litio. En su lugar se han inclinado por un sistema de hidrógeno dotada de una membrana de intercambio de protones (PEM) que permitirá a los primeros prototipos lograr autonomías de hasta 800 kilómetros con cada carga de sus depósitos.
Un proceso de prueba y homologación paulatino que supondrá el completar un vuelo entre las islas Orcadas a Edimburgo en un avión de pequeñas dimensiones. Posteriormente, en 2023, esperan tener la certificación para poder comenzar a operar su primera línea con un avión de 20 pasajeros que contará con una autonomía de 500 millas náuticas, y que incluirá rutas regionales como las que conectarán las ciudades de Exeter y Newcastle, o de Bristol y Belfast.
A corto plazo estas rutas serán el objetivo principal como forma de desarrollar la tecnología y crear un marco de confianza entre los consumidores y clientes. Pero desde ZeroAvia ya tienen planes para lograr poner en marcha aviones de grandes dimensiones capaces de completar vuelos transoceánicos.
Para ello según el director ejecutivo de la compañía, necesitarán aviones propulsados por turboventiladores. «No hay absolutamente ninguna razón por la que no puedas impulsar aviones de 200 asientos en distancias más largas con hidrógeno, ya que los turboventiladores son fundamentalmente los mismos que los turbopropulsores en los que estamos trabajando inicialmente. Creemos que un vuelo de demostración en un avión grande será posible para el 2035.«
Una de las claves para lograrlo según el Sr Renz, es que las compañías comiencen a diseñar aviones desde cero para albergar sistemas eléctricos. Algo que permitirá sacar el máximo partido a la tecnología y al espacio de almacenamiento del propio hidrógeno para lograr de esa manera completar las rutas más complejas con cero emisiones.
Otra de las claves respecto a los aviones a batería serán los costes. Para ZeroAvia, sus estimaciones es que con un sistema a hidrógeno se logrará un menor coste total debido a la necesidad de cambiar las baterías con el paso de los años. Algo que añaden, también tiene un coste ambiental por el impacto en la producción de dichas baterías y la producción de los materiales que la forman.
En cuanto al espinoso tema de la seguridad, cuando hablamos de aviones siempre viene a la cabeza el terrible accidente que dio por finalizada la era de los dirigibles con el incendio del Hindenburg. Un desastre que explican sucedió hace 80 años, un tiempo en el que la humanidad ha aprendido a como manejar el hidrógeno y que apenas ha protagonizado accidentes graves desde entonces. Admiten que siempre existe un peligro al llevar material inflamable, pero también sucede con los aviones actuales e incluso con los que puedan contar con una batería.
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Fuente | Zeroavia