Las energías renovables continúan dando importantes pasos adelante de cara a convertirse no ya en una alternativa, sino en muchos casos en la principal protagonista. Pero lo logrado este fin de semana en Australia es realmente llamativo y premonitorio de lo que llegará en los próximos años.
Y es que la combinación de un fuerte despliegue de instalaciones fotovoltaicas residenciales, gracias en parte al impulso dado desde el gobierno, así como unas condiciones de radiación ideales y un menor consumo por el fin de semana, ha provocado que el estado de Australia Meridional, o Australia de Sur, haya logrado por primera vez alcanzar un 100% de alimentación fotovoltaica de su sistema.
Por supuesto, se trata de una cifra simbólica ya que hablamos de una región concreta, donde viven 1.7 millones de habitantes, caracterizada por la gran dispersión y los constantes problemas de suministro por culpa de las averías provocadas por las tormentas y el calor.
Además el logro ha sido puntual, logrado a las 12:05 horas, pero donde hemos visto el enorme potencial de unas instalaciones que han repartido su aportación a la red con 992MW por parte de las residenciales, el 76.3% de la demanda estatal, mientras que las granjas solares han proporcionando 315MW adicionales.
El nuevo récord se produjo pocas semanas después de que la energía solar estableciera un hito al llegar al 94% de la demanda estatal, donde la producción residencial alcanzó los 900MW por primera vez. El domingo, ese nivel fue superado durante más de dos horas y media.
Tal ha sido la producción, que la red ha exportado electricidad a estados vecinos, como Victoria, y han llenado las baterías estacionarias como la de Tesla.
Una de las consecuencias más directas de esta situación es la casi total irrelevancia de las plantas de gas y carbón. Tendencia que se irá acentuando según entren en funcionamiento nuevas instalaciones solares, eólicas, y las nuevas instalaciones de baterías proyectadas.
Otra de las consecuencias es que el Operador del Mercado de Energía de Australia ha impulsado la introducción de estándares más estrictos y de nuevos protocolos para las instalaciones que se pongan en marcha, para lograr que estas puedan desconectarse en los momentos donde la producción supere a la demanda, para de esa forma garantizar la seguridad de la red.
Un ejemplo de que la solar residencial tendrá una importancia mucho mayor de lo que muchos habían pronosticado en una red cada vez más capilar. Un espacio donde las renovables podrán satisfacer cada vez más demanda y que combinará sus capacidades con las instalaciones industriales, así como el resto de fuentes renovables y el almacenamiento en baterías, para lograr una producción 100% limpia.
Vía | RE
