La desinformación sobre el coche eléctrico llega a los libros de texto de los colegios en España
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Publicado: 16/09/2020 10:14
Desde el inicio de la andadura del coche eléctrico moderno, este se ha visto acompañado por cientos de informes que buscaban manchar su imagen con informaciones confusas y muchas veces contradictorias o directamente falsas. Que el coche eléctrico tiene emisiones es una forma de confundir a la opinión pública en una estrategia que se ha colado ya entre los libros de texto de algunas editoriales en España.
Es el caso del libro de física y química de 3º de la ESO de la editorial Anaya, donde podemos leer un pasaje bastante inquietante sobre el coche eléctrico y su contaminación, que hemos descubierto gracias a nuestro amigo Carlos Castiñeiras que nos ha mandado el Tweet de Alfredo Sanchiz (@alfredo_sanchiz).
La primera parte no comienza con buen pie ya que indica que la contaminación del coche eléctrico es inobservable. Un adjetivo poco usado que significa que «que no puede ser observado». Una manera bastante curiosa a la hora de hablar de la contaminación para posteriormente indicar que estos vehículos no tienen emisiones ni ruido. Una buena forma de confundir a los alumnos.
Además se hacen mención a que estas características de ausencia de emisiones directas los hacen idóneos para circular por ciudad. Como si la contaminación y el ruido fuera de los centros urbanos fuese de menor importancia.
Pero el premio gordo llega con la pregunta de si hay alguna diferencia respecto a un coche diésel o gasolina en cuanto a emisiones. Una pregunta que normalmente se suele responder con la prueba planteada hace algunos años por General Motors durante la campaña de presentación del Chevrolet Volt, donde animaba a encerrarse en una habitación con un coche eléctrico, y posteriormente con uno gasolina. Nadie se preguntaría si habría alguna diferencia. En Anaya parece que si.
No menos llamativo es que para responder a esta pregunta con una base bastante absurda, se hace mención a «algunos estudios» que indican que en la vida útil del vehículo los eléctricos tienen más emisiones que los «normales». Si, han usado normales para describir a los coches con motor de combustión, por lo tanto entendemos que los eléctricos son anormales.
Sin duda es interesante que se abra el debate de la sostenibilidad del coche eléctrico, que siempre es mejorable. Pero está claro que el coche eléctrico no tiene ningún tipo de emisiones relacionadas con su sistema de propulsión, algo que deberían dejar claro en este tipo de textos, dependiendo la de su alimentación del mix eléctrico e incluso de cada propietario. Algo que hace poco recomendable generalizar.
Tampoco se hace mención a la ausencia en esos «estudios» de buena parte del proceso que añadiría una importante cantidad de emisiones a las cifras de los modelos de combustión. Y es que en el coche eléctrico se contabiliza desde su fabricación, hasta la producción de la electricidad para su recarga, pero en el caso de los diésel y gasolina no se contabiliza la extracción del petróleo, su traslado, su refinamiento, de nuevo su traslado y su combustión. Añadir también otros aspectos que se suelen obviar como es su mayor mantenimiento, que requiere piezas y compuestos de origen fósil, como los aceites lubricantes, que tampoco se contabilizan.
Unos estudios que ya han sido desmentidos de principio a fin en diferentes ocasiones. La última vez ha sido la Universidad Técnica de Eindhoven, que ha analizado a fondo algunos de los estudios que indican que los coches eléctricos son más contaminantes que los diésel o gasolina, para conocer qué formato han seleccionado para la obtención de sus resultados, y su primera conclusión es que «Los cálculos adecuados muestran que los vehículos eléctricos ya emiten menos de la mitad de los gases de efecto invernadero de sus homólogos que funcionan con combustibles fósiles«.
Pero la pregunta es por qué algún estudio tiene como resultado que los eléctricos son más contaminantes. La respuesta es que realizan sus mediciones de forma errónea y de forma premeditada. Por un lado se suelen exagerar los datos de contaminación del proceso de producción de la batería, usando estadísticas de los países con menor implantación de energías renovables para lograr cifras elevadas.
Aspectos que una editorial con la experiencia de Anaya debería tener en cuenta, ya que de hacer caso a «algunos estudios» cualquier día sacarán aquellos que dicen que la Tierra es plana, y que la llegada del hombre a la Luna ha sido un montaje de los americanos para hacer quebrar a la Unión Soviética.
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