¿Te parecen los coches eléctricos caros? ¿Crees que no tienen suficiente autonomía para ti? ¿Quieres ahorrar un buen pico en el surtidor? Al responder tres «sí», eres un potencial conductor de un híbrido enchufable. Actualmente son el término medio entre un coche de motor convencional (gasolina, diésel o gas) y un eléctrico, porque son las dos cosas.
El cliente perfecto de un PHEV es aquel que tiene una cantidad de kilómetros diaria inferior a 100, que tiene facilidad para acceder a un enchufe -de cualquier potencia-, que quiere estar vacunado contra restricciones circulatorias y que quiera hacer su contribución al medio ambiente sin sacrificar su libertad de movimientos. Es el caso de uso en el que más satisfacciones se obtienen.
De primera mano empieza a haber una nutrida oferta de PHEV que están a un precio razonable, por debajo de los 30.000 euros, y con autonomías eléctricas decentes. Salvo algunos primeros modelos, con autonomías por debajo de 40 km -la DGT no les concede el distintivo «Cero», sino «ECO»-, se pueden rascar los 50 kilómetros sin emisiones, o superarlos. Pero si el presupuesto está más ajustado siempre nos queda el mercado de ocasión.
Las opciones más económicas suelen ser los Opel Ampera y Chevrolet Volt (80 km NEDC), que en realidad son coches eléctricos de autonomía extendida. En España no se vendieron tantos, pero gracias a la importación europea hay más unidades disponibles. Suelen tener muchos kilómetros y a nivel de infoentretenimiento y gadgets están ya muy desfasados, y tienen cuatro plazas con poco maletero, pero es una opción razonable.
Tengamos en cuenta que los kilómetros en un coche híbrido enchufable no son TAN importantes, sobre todo si la mayoría del kilometraje se lo ha «comido» el motor eléctrico, así que el motor de gasolina tendrá una salud mecánica impropia de un coche térmico que haya hecho la misma distancia. A los motores eléctricos el kilometraje les importa poco, no tienen mantenimiento, pero las baterías sí hay que vigilarlas mejor con una buena diagnosis electrónica.
Si te hace falta un coche muy versátil y el estilo SUV es lo tuyo, los Mitsubishi Outlander PHEV (52 km NEDC) y los primeros Volvo XC60 y XC90 (43-45 km NEDC) son opciones razonables también, aunque la autonomía no era su fuerte, precisamente. Volkswagen empezó a hacer ofertas en el mundo PHEV con los Golf GTE y Passat GTE (50 km NEDC), y algún Audi A3 Sportback e-tron (50 km NEDC) está a tiro por menos de 20.000 euros.
¿Qué hay del BMW i3 REX (190 km NEDC)? También es un coche eléctrico de autonomía extendida. Su motor bicilíndrico de maxiscooter Kymco se queda muy corto en viajes largos si no somos previsores, pero para salir de un apuro en el mundo urbano y periurbano nos hace el apaño. Presumiblemente, su mecánica no tendrá tanto uso como en un Ampera/Volt, ya que la autonomía eléctrica es muy superior en el i3, pero no perdamos de vista que el de General Motors tiene un motor de coche de verdad (1.4 L4 86 CV) como generador.
El BMW i3 REX sigue teniendo una estética adelantada a su tiempo, y eso que salió al mercado hace casi 10 años
De la oferta más interesante que hay, la de Hyundai, empezando por IONIQ híbrido enchufable (63 km NEDC). El mejor rival que tuvo el Toyota Prius es un coche bastante interesante en este sentido, si el eléctrico se nos queda corto y el híbrido normal nos parece «demasiado combustión» para nuestro gusto. Los podemos comprar a precio de utilitario nuevo, por debajo de 18.000 hay oferta. Si queremos algo más crossover, el Niro híbrido enchufable (58 km NEDC) es la elección más obvia.
Mirando a opciones un poco más Premium tenemos los BMW Serie 2 Active Tourer 225xe (41 km NEDC), que al menos tienen tracción total y son coches más bien lógicos que opciones de mayor tamaño para lo que es el día a día. Los que prefieran un extra de prestaciones y prestigio pueden ir mirando un BMW 330e iPerformance (40 km NEDC), con hasta 252 CV, eso sí, con poquita autonomía 100% eléctrica y distintivo ECO.
Todos los coches que he mencionado se pueden encontrar con kilometrajes muy razonables por debajo de la cifra psicológica de 20.000 euros. Acusarán más los kilómetros la suspensión y los plásticos que el motor térmico, que es el componente más delicado aparte de las baterías pensando en el largo plazo. Las unidades más atractivas son las que vengan de renting y grandes grupos, especialmente si son de la misma marca, certificando la salud de la batería.
Para los que hagan menos de 50 km es posible que haya que ir a repostar una vez al trimestre o al semestre, casi casi como tener un coche eléctrico, y quedarse sin autonomía es ciertamente complicado a nada que se mire la aguja del depósito de gasolina. Pero para los que hagan cifras cercanas a 100 km, tanto por arriba como por abajo, la factura de la gasolinera puede bajar mucho frente a un coche convencional, pongamos medias de 1-3 l/100 km en modo híbrido automático.
Los clientes correctos de PHEV nos dirán que echan un depósito al año, si llega, más los que hayan llenado por hacer viajes largos o extraordinarios. Los enchufes no son muy útiles en viajes largos, a menos que vayamos a parar más de media hora -no suelen tener carga rápida-. El cliente incorrecto enchufa poco y gasta mucho, pues llevar las baterías sistemáticamente con poca carga no tiene ningún sentido, es como cargarle a un híbrido convencional el maletero lleno de piedras.
Para presupuestos ajustados, si un eléctrico no encaja en nuestros planes, es la forma de dar el salto a lo eléctrico, aunque sea a medias. El mantenimiento es similar al de un modelo de combustión convencional, en el peor de los casos, y la parte eléctrica se comprueba con maquinita por OBD. Conviene comprobar posibles bonificaciones del IVTM o ventajas a la hora de aparcar en nuestro ayuntamiento, así como posibles descuentos Via-T si hay que usar frecuentemente los peajes.
Cuéntanos en los comentarios tu experiencia con un PHEV, nuevo o usado.
NOTA: A lo largo de la vida comercial de estos modelos la autonomía eléctrica ha ido mejorando. Se ha contemplado la más baja, pues es el peor caso y ligado a las primeras unidades, más propensas a aparecer por presupuestos ajustados.