España, clave en la estrategia del grupo Volkswagen para fabricar coches eléctricos

Los planes del Grupo Volkswagen de vender coches eléctricos de pequeño tamaño bajo sus marcas Volkswagen, Skoda y Seat van tomando forma. Se espera que el primer modelo del grupo en el segmento pequeño sea el Skoda Elroq, que saldrá a la venta a mediados de 2024 y que se situará por debajo del Enyaq. Por su parte la marca Volkswagen añadirá dos coches eléctricos: el crossover ID1 en 2025 y el utilitario ID2 en 2027. Estos modelos se situarán por debajo del crossover ID4 y la berlina ID3.

El Grupo Volkswagen ha encargado a Skoda el desarrollo de estos modelos, siendo muy probable que acaben sustituyendo a los coches pequeños del grupo, como el Volkswagen Polo, el Skoda Fabia y el Seat Ibiza. Importante recordar el dato que el grupo Volkswagen dejará de vender coches con motor de combustión en Europa para 2035. Se espera que el precio de estos nuevos modelos parta de los 19.000 euros.

España entra en acción

Aunque Skoda tiene su sede en la República Checa, estos coches eléctricos se construirán en España, con la fábrica de Seat en Martorell, cerca de Barcelona, y la planta de coches pequeños de la marca Volkswagen en Pamplona como contendientes. Seat lanzará el Acandra a principios de 2025 y será un utilitario de estilo deportivo dirigido a los compradores jóvenes de las ciudades y los suburbios. Podría haber una segunda variante de carrocería.

Estos nuevos modelos se basarán en una versión reducida de la arquitectura exclusivamente eléctrica MEB del Grupo Volkswagen y utilizarán los mismos paquetes de baterías que los modelos MEB actuales.

Recibirán un potente sistema operativo que ofrecerá funciones que hasta ahora sólo estaban disponibles en los coches de gama media alta del Grupo. Entre ellas están los servicios de búsqueda y pago, la asistencia a la carga y la conexión en red con el Internet de las Cosas.

El segmento de los coches pequeños se está convirtiendo gradualmente en eléctrico, ya que a los fabricantes de automóviles les resulta cada vez más difícil venderlos con motor de combustión, debido al coste de añadir tecnología para cumplir la normativa de emisiones cada vez más estricta de la Unión Europea.

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