Bentley ha presentado su nuevo plan de electrificación, bautizado como «Five-in-Five», a raíz del cual lanzará un nuevo modelo eléctrico al año entre 2025 y 2030, fecha en la que abandonará los motores de combustión interna. Esta rápida transición será posible gracias al apoyo de su matriz, el poderoso Grupo Volkswagen.
La transformación de Bentley en una marca 100% eléctrica supondrá unas inversiones de 3.000 millones de euros. Está previsto que el primer eléctrico de la compañía, que tendrá «más de 480 kilómetros de autonomía», sea diseñado, desarrollado y fabricado en Reino Unido (concretamente en la histórica factoría de Crewe).
«Conocemos la batería, el rendimiento de la batería. El diseño final está a semanas o un par de meses de distancia. Será un producto adicional a los modelos que tenemos hoy y no competirá con nada de lo que hacemos. Tenemos la intención de crear no solo un vehículo eléctrico, sino también dar forma a un segmento», ha señalado en relación a esta primera propuesta Adrian Hallmark, director ejecutivo de Bentley.
Aunque todavía no se ha confirmado, se espera que se asiente sobre la plataforma modular PPE, desarrollada conjuntamente por Audi y Porsche para coches eléctricos de altas prestaciones. Esta arquitectura, que tendrá un sistema eléctrico de 800 voltios, también se empleará en los próximos Audi A6 e-tron y Porsche Macan.
Bentley podría utilizar baterías de electrolito sólido a partir de 2028
Hallmark ha señalado que los dos o tres primeros coches eléctricos de Bentley dispondrán de una tecnología de baterías similar, mientras que los siguientes harán uso de nuevos desarrollos. Esto nos lleva a pensar que la marca empleará baterías de electrolito sólido a partir de 2028, algo que encaja con los rumores que indican que Lamborghini y Porsche también adoptarán esta solución dicho año.
Tras la desaparición del Mulsanne, la gama Bentley ha pasado a estar formada por tres modelos: el deportivo Continental (disponible como coupé y convertible), la berlina Flying Spur y el SUV Bentayga. Por lo tanto, la electrificación de la firma traerá consigo una expansión de su oferta, incluyendo con toda probabilidad el regreso de un buque insignia por encima del Flying Spur para competir contra el Rolls-Royce Phantom.
Dado que la empresa aspira a lograr la neutralidad de emisiones para finales de la década, incrementará su instalación fotovoltaica en Crewe, que pasará de 30.000 a 40.000 paneles solares; además, también está trabajando en el uso de biocombustibles de origen sostenible para alimentar los modelos de la colección Heritage.
