Desde 2026 verás muchos más BYD en Europa y esta es la razón

Hace unos días veíamos como había llegado a Szeged, Hungría, los primeros equipos necesarios para poner en marcha la fábrica europea de BYD. Un movimiento muy medido que marca un antes y un después en su estrategia en el Viejo Continente.

Si todo sigue según lo previsto, los primeros coches eléctricos de pre serie saldrán de la línea durante el primer trimestre de 2026, mientras que la producción en serie arrancará en el segundo trimestre de ese mismo año. A partir de ahí, no solo veremos muchos más modelos de BYD en España, sino en prácticamente toda Europa. Y no será casualidad.

La elección de Hungría no es aleatoria. BYD llevaba casi dos años preparando el terreno antes de anunciar oficialmente la construcción de su planta europea. Finalmente, la región de Szeged fue la elegida, un lugar estratégico donde ya se encuentra la sede europea del grupo, uno de sus principales centros de investigación y desarrollo, además de instalaciones dedicadas a la fabricación de camiones y autobuses eléctricos.

El acuerdo para la compra del terreno se firmó en enero de 2024 y, en septiembre de 2025, BYD confirmaba que las obras avanzaban conforme al calendario previsto. El objetivo inicial era empezar a producir antes de que terminase este mismo año, pero finalmente el objetivo se retrasará como hemos visto hasta mediados de 2026.

Detrás de esta fábrica hay algo más que una simple expansión industrial. Fabricar coches eléctricos en Europa permite a BYD esquivar los aranceles que Bruselas aplica a los modelos importados desde China, un ahorro considerable que se traduce directamente en precios más competitivos. A esto hay que sumar otro factor clave: la reducción de los costes logísticos al evitar el transporte marítimo desde Asia, pese a que la marca se ha asegurado una enorme flota de barcos para abastecer el mercado europeo en el corto plazo.

El primer modelo que inaugurará las líneas de producción de Szeged será el Dolphin Surf. Un coche que ya destaca por su precio agresivo en Europa incluso con aranceles, y que con producción local tiene margen para abaratarse todavía más.

Pero el Dolphin Surf no estará solo. En la planta húngara también se fabricará el Atto 3, un SUV compacto conocido en otros mercados como Yuan Plus. A él se sumará el Dolphin, un compacto eléctrico situado un escalón por encima del Surf, pensado para un uso más versátil y que se mueve en un segmento tradicionalmente muy popular en Europa.

La gama se completará con modelos de mayor tamaño y ambición, como el Seal, una berlina eléctrica que apunta directamente al segmento medio, y el Seal U. En conjunto, la fábrica de Szeged tendrá capacidad para alcanzar las 300.000 unidades anuales cuando funcione a pleno rendimiento, una cifra que deja claro que BYD va muy en serio.

Más allá de números y costes, hay un aspecto psicológico que BYD no pasa por alto. Producir coches eléctricos en Europa genera confianza entre los compradores, especialmente entre aquellos que aún miran con recelo a los vehículos fabricados en China. El sello de fabricación europea sigue teniendo peso, y BYD quiere aprovecharlo para acelerar su aceptación en mercados clave como el alemán, el español o el italiano.

Opinión

Con precios ajustados, una gama cada vez más completa y producción local, a BYD solo le falta pulir su red de distribución que todavía no tiene la capilaridad suficiente, a lo que se suma que las prisas muchas veces lleva a contratar a personal poco cualificado o poco motivado para vender coches eléctricos. Algo muy preocupante para una marca que basa sus ventas en esta tecnología y que puede ver frenada su expansión si no mima más a sus clientes, muchas veces desconocedores de la marca y que necesitan un trato especial que el recibido en otros puntos de venta.