La red de recarga rápida y pública para coches eléctricos está en el ojo del huracán en Alemania, donde varios medios han acusado a los operadores a no contar con sistemas de medición correcta en sus estaciones, lo que supone que el cliente está pagando por energía que no ha sido entregada. Un caso que ha sido catalogado como Pluggate.
Según el portal Focus, el problema radica en la ausencia de un sistema de calibración que permita saber la cantidad exacta de energía que entrega la estación. Un problema que ha sido resuelto hace décadas en elementos como los surtidores de gasolinas, o en las balanzas del supermercado, pero que no ha sido tratado en el apartado del coche eléctrico.
La cuestión es que el gobierno de Alemania ya lanzó en 2017 una normativa que obligaba a los operadores de carga a instalar medidores de energía para tener este aspecto controlado. Una norma que suponía que tendrían que hacer la adaptación para antes del 1 de abril de 2019. Pero los operadores no lo han hecho.
Desde IONITY se comunicó en febrero de 2019 que los dispositivos de medición correspondientes no estaban disponibles para los cargadores rápidos en corriente continua. Por lo tanto, no era posible obtener una medición fiable sobre la cantidad de electricidad que fluye realmente hacia la batería del coche.
Según el diario, esto se traduce en que en algunas estaciones el desvío entre la energía entregada y la facturada puede llegar al 20%. Un verdadero quebranto para el cliente que ya debe afrontar unas facturas habitualmente elevadas en la carga pública.
El problema es que estas estaciones permanecen conectadas a la red, y ofreciendo sus servicios sin tener que afrontar multas, por el miedo del gobierno a que la desconexión repentina de miles de estaciones para su adaptación pueda hacer colapsar un mercado del coche eléctrico que pleno crecimiento y en el que se han invertido ingentes cantidades de dinero público para acelerar sus ventas. Por lo que de momento, mira para otro lado ante esta infracción.
Para comprobar en la práctica la diferencia y el problema para el cliente, el club del automóvil de Alemania, ADAC, ha realizado una prueba de carga con algunos modelos, como el Ford Mustang Mach-E Extended Range.
Para eso han realizado una prueba de carga del 0 al 100%, lo que ha determinado que el Mustang con sus 88 kWh útiles ha recargado en una sesión un total de 104.3 kWh. Algo que supone que en el camino se han perdido 16.3 kWh o el 18.5% de la energía.
En caso de usar una estación ultrarrápida con un coste de 0.6 euros el kWh, esto supondría que cada recarga completa el cliente del Ford perderá por arte de magia unos 9.7 euros o unos 90 km de autonomía.
Un aspecto que nos indica que el despliegue de la red de carga debe además de acelerarse y facilitarse, también contar con elementos de control que eviten este tipo de problemas que perjudicarán la imagen del coche eléctrico entre el gran público.
¿Y qué pasa en España?
De momento no sabemos si en España las estaciones están obligadas por ley a llevar estos medidores. Pero operadores como Easycharger nos han indicado que «hemos comenzado a instalar contadores propios inteligentes (con gestión remota) de forma que podamos medir desde aquí tanto la energía real que entra como la que sale. Es decir, la que nos vende la distribuidora y la que nosotros entregamos al usuario de VE. Esto, por un lado nos aporta seguridad y, por otro, podemos garantizar total transparencia en la energía que vendemos al cliente.»
Por su parte desde Wenea nos han comentado lo siguiente: «En Wenea cumplimos con todos los requisitos de la normativa actual y, además, participamos activamente en los grupos de trabajo que se han creado para la normalización de la metrología en los puntos de recarga, abordando este tema de la mejor forma posible tanto para operadoras como para consumidores. Abogamos, también, por una transparencia total de cara al usuario final, sobre todo en lo que respecta a precios y potencias, y apostamos por la elección de cargadores con altos estándares de calidad que minimizan las posibles pérdidas de energía, cumpliendo así con la normativa vigente en España.»
Desde IONITY por su parte nos han indicado que «IONITY está trabajando en la certificación del hardware utilizado en la red en Alemania, ya que, por el momento, es el único país con requisitos concretos para la medición de carga en corriente continua de Europa. También estamos involucrados en conversaciones respecto a los sistemas de medición de corriente continua en España para garantizar el cumplimiento de los requisitos futuros.»
Hemos pedido opinión a otros operadores, cuyas declaraciones iremos añadiendo según las recibamos.