Desde hace mucho tiempo, los teléfonos móviles tienen un mecanismo para recibir SMS mandados de forma masiva por las autoridades. Es una de las formas más eficaces de dar un aviso a la mayoría de la población en un tiempo récord, dada la atomización de los medios de comunicación y las redes sociales. Prácticamente cualquiera puede recibir un mensaje de texto en su móvil, incluso usando reliquias pre-2G.
A finales del año pasado el Ministerio del Interior dejó caer que se iba a implantar un sistema que permitiese avisar a la población de forma masiva ante eventos extremos como los vividos en nuestra historia reciente: erupción volcánica, temporal de frío, ola de calor, e incluso la posibilidad de un gran apagón de red eléctrica. En otras palabras, situaciones de emergencia o catástrofes.
Ese sistema debería estar funcionando a partir de julio (en teoría), y no está habilitado medio alguno para que los interesados en recibir estos mensajes se den de alta. Ahora mismo las CCAA están esperando las instrucciones del Ministerio del Interior para activar este sistema, oficialmente Red de Alerta Nacional o RAN-PWS. Coloquialmente también se llama «112 a la inversa». Está previsto que se realicen algunas pruebas antes de su puesta en marcha definitiva.
Un ejemplo práctico en California antes de un apagón
Sirva de ejemplo lo ocurrido recientemente en California. Os habíamos contado que esperaban los días de máxima demanda eléctrica del año, y pidieron a la población reducir el consumo durante la tarde. El martes 6, a las 17:45 (hora local), llegó un SMS masivo a más de 27 millones de teléfonos móviles. El texto recordó las peticiones del operador Operador de Sistema Independiente de California (ISO) de reducir el consumo todo lo posible.
El mensaje exhortaba a los usuarios, tanto en inglés como en español, lo siguiente: «Ahorre energía para proteger la salud pública y la seguridad. La ola de calor está saturando la red energética estatal. Puede haber apagones a menos que haga algo. Apague o reduzca todo consumo no imprescindible que le permita su salud, desde ahora y hasta las 21:00».
En solo unos minutos la demanda prevista de 51.145 megavatios cayó hasta 48.769 megavatios, por lo que se produjo una reducción de consumo de unos 2.600 MW. Faltaban minutos para producirse apagones rotativos. Y tal cosa no ocurrió, porque la población redujo el consumo lo suficiente para que la red aguantase. A una hora de terminar la restricción, el ISO dio las gracias a nivel público por el éxito logrado entre todos, aunque la respuesta no fuese muy mayoritaria; objetivo cumplido.
