Aunque la normativa indica que a partir de 2035 no se podrán vender nuevos coches con motor de combustión en Europa, los planes de las diferentes marcas parece que adelantarán esa fecha. Un ejemplo es el plan 360factory de Audi, que acaba de ser presentado y que marca el final de la producción de coches con motor de combustión para 2033, y el lanzamiento de nuevos modelos solamente eléctricos ya a partir de 2026.
“Paso a paso, estamos preparando todas nuestras plantas para el futuro”, afirma Gerd Walker, Director de Producción y Logística de Audi. “No queremos proyectos aislados en nuevos emplazamientos. En su lugar, estamos invirtiendo en nuestras plantas existentes para que acaben siendo tan eficientes y flexibles como puede serlo una fábrica de nueva construcción”. Según Walker, esto es sostenibilidad en acción, tanto desde el punto de vista económico como del ecológico y social. “El camino que Audi está siguiendo conserva los recursos y acelera nuestra transformación para convertirnos en un proveedor de movilidad premium sostenible”, subraya Walker.
Desde Audi se preguntan «¿Qué espera la sociedad de nosotros? ¿Qué demandan nuestros clientes? ¿Cuáles son las expectativas de las partes interesadas y qué necesitarán nuestros empleados en el futuro?”. Unas preguntas que responden con una apuesta por el coche eléctrico definitiva, a la vista de que el mercado se está inclinando claramente por este.
Para ello Audi ha creado la 360factory, una visión con un enfoque que pone el mismo énfasis en la rentabilidad, la sostenibilidad y la flexibilidad, donde la movilidad eléctrica a batería será el pilar fundamental a medio y largo plazo.
La idea es ir transformando las líneas de producción paulatinamente. Por ejemplo, el nuevo Audi Q6 e-tron, se fabricará inicialmente en la planta de Ingolstadt en la misma línea de donde salen actualmente los Audi A4 y A5. Después, los modelos eléctricos irán sustituyendo gradualmente a los vehículos de combustión en las líneas de producción según la demanda los solicite.
En su camino hacia la 360factory, Audi se fija ahora objetivos de sostenibilidad relacionados con la producción aún más ambiciosos. Para 2030 la empresa pretende reducir a la mitad su impacto medioambiental absoluto en las áreas de consumo de energía primaria, emisiones de las centrales eléctricas, equivalentes de CO2, contaminantes atmosféricos, riesgo hídrico local y volumen de aguas residuales y residuos, en comparación con las cifras de 2018.
Entre los pasos importantes para lograr este objetivo se incluyen la generación de energía renovable con instalaciones propias, y el uso de tecnologías innovadoras para crear más cadenas de valor circulares, en las que los recursos utilizados se aprovechen en ciclos cerrados.
Una Audi que tiene como reto recuperar una dinámica de ventas que ha entrado en una línea descendente desde su pico en 2016, cuando logró entregar 1.9 millones de unidades. Momento en el que se inició un descenso que ha supuesto matricular 1.5 millones de coches en 2021, con un 2022 donde hasta el tercer trimestre las ventas han bajado un 11%. Una cifra lastrada por la menor demanda en China, y la falta de componentes clave.
La buena noticia llega precisamente de la mano de los coches eléctricos. Y es que hasta el 30 de septiembre, las entregas de coches eléctricos (BEV) llegaron a las 76.989 unidades, un aumento del 45% respecto a un 2021 al completo donde Audi ha entregado 52.774 unidades.
Señales que ayudan a intensificar una ofensiva eléctrica que necesita contar con fábricas, pero también con una gama de coches eléctricos que en 2023 seguirá creciendo con la llegada del Q8 e-tron, el A6 e-tron, el Q6 e-tron, su versión Sportback. Una gama donde faltan modelos en los segmentos medios y bajos, que tendrán que esperar la menos hasta 2026 para comenzar a ser cubierto con nuevos modelos.
Fuente | Audi
