El gobierno calcula que la luz bajará un 30% con el tope del gas. ¿Como quedará la diferencia entre un coche eléctrico y un diésel o gasolina en España?

El gobierno calcula que la luz bajará un 30% con el tope del gas. ¿Como quedará la diferencia entre un coche eléctrico y un diésel o gasolina en España?

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Publicado: 11/05/2022 10:16

Aunque parece que queda algún fleco por cerrar, parece que los gobiernos de Portugal y España han logrado un acuerdo con Bruselas para poner en marcha la isla energética y de esa forma poder limitar los precios de la electricidad con un tope al precio del gas. Algo que tendrá su repercusión ya a corto plazo en la factura de mayo, y que la vicepresidenta Teresa Ribera ha indicado que se traducirá en un bajada del 30% de los consumidores acogidos al PVPC.

Esto supondrá que los propietarios de un coche eléctrico, acogidos al mercado regulado, verán de forma inmediata como bajan los  costes de sus recargas. Unos costes que según los datos de Red Eléctrica Española ayer día 10 de mayo están en 0.35 euros el kWh en punta, y 0.24 euros el kWh en valle.

Esto quiere decir que si cargamos el coche en horario nocturno, podremos ver como el coste del kWh baja desde los 0.24 euros el kWh a los 0.16 euros. Una diferencia notable pero que por otro lado le siguen colocando el coste todavía por encima de algunas tarifas, como la de Gana Energía que está en 0.12 euros el kWh en valle.

Pero a falta de conocer el verdadero impacto del cambio normativo con el tope al gas, podemos hacer algunos números aproximados con estas cifras, y compararlas con los precios que tiene repostar un modelo diésel o gasolina, donde no hay soluciones a la vista para la rebaja de sus disparatados precios.

Podemos tomar como ejemplo el Citroën C4, que tiene versión de combustión y eléctrica. En su acabado Feel y antes de ayudas o promociones tiene los siguientes precios:

Prueba: Citroën ë-C4. Un compacto eléctrico diferente (Vídeo)
  • Blue HDI. 110 CV, diésel, manual: 22.475 euros
  • Puretech. 100 CV gasolina, manual: 22.615 euros
  • Puretech. 130 CV gasolina, manual: 22.935 euros
  • Eléctric. 136 CV, eléctrico, automático: 34.375 euros

Como vemos, entre la versión de combustión y la eléctrica hay casi 12.000 euros de diferencia, aunque faltaría una versión automática en la de combustión para una mejor comparativa. También habría que añadir el factor de las ayudas públicas, que llegan a los 4.500 euros si no hay achatarramiento de un coche viejo, o 7.000 euros si se entrega un coche a reciclar. Algo que puede hacer variar los cálculos finales de forma importante.

En el caso de la eléctrica, en nuestra prueba real hemos logrado un consumo de 14 kWh a 100 km/h, o 17 a 120 km/h. Algo que nos da una media real para usar en la comparativa de unos 16 kWh a los 100 km. Por su parte la versión diésel tiene según Spritmonitor una media de 5.2 litros a los 100 km, mientras que la gasolina sube a los 6.8 litros cada 100 km.

En cuanto al coste de las gasolinas, aunque vemos cifras cercanas o superiores a los 2 euros, podemos encontrar gasolineras low cost con el coste del diésel a 1.78 y de la gasolina a 1.8 euros el litro. Por lo que tomaremos esta cifra como estimación.

Unas cifras que veremos como evolucionan en los próximos meses ya que como hemos visto, se han comido los descuentos del gobierno y además tienen fecha de finalización. Un escenario donde la presión ya no es solo del precio del petróleo sino directamente de las refinerías, que han disparado sus tarifas, y sus beneficios. Algo que podemos ver en el gráfico inferior.

Fuente Washington Post

Si tomamos como medida un conductor que recorra unos 20.000 km al año, esto quiere decir que los propietarios tendrán la siguiente factura mensual y anual solo en cuanto al repostaje/recarga de sus vehículos.

  • Versión gasolina: 204 euros/mes | 2.448 euros año
  • Versión diésel: 154 euro/mes | 1.851 euros año
  • Versión eléctrica: 42 euros/mes | 512 euros año

Después de cinco años esto habría supuesto solo contando el consumo energético, y sin tener en cuenta las posibles subidas o bajadas de los precios de carburantes y electricidad, que cada cliente se habrá gastado las siguientes cifras:

  • Versión gasolina: 12.240 euros
  • Versión diésel: 9.255 euros
  • Versión eléctrica: 2.560 euros

Si tenemos en cuenta que en España de media tenemos un coche en propiedad unos 13.5 años según los datos de Fanconauto, el resultado final del coste energético extrapolando estos datos serían los siguientes:

  • Versión gasolina: 33.048 euros
  • Versión diésel: 24.988 euros
  • Versión eléctrica: 6.912 euros

La principal diferencia es que a estas alturas, unos 270.000 kilómetros en el marcador, el coche de combustión estará entrando en su madurez. Por su parte el eléctrico todavía estará en una fase temprana donde solo la degradación de la batería será un efecto visible, y donde esta debería mantener al menos un 70% de capacidad, lo que en el caso del e-C4 se traduciría en la misma eficiencia, pero una autonomía algo más baja que para esas fechas y esa degradación rondará los 200 km reales.

Algo que supone que si la autonomía es suficiente, el cliente podrá continuar circulando con el mismo durante unos cuantos años más sin tener que hacer ninguna modificación.

La conclusión es que mientras que los precios de la electricidad deberían tender a la baja con el paulatino desplazamiento de los carburantes fósiles del mix energético en favor de las renovables, no pueden decir lo mismo unos carburantes como el diésel o la gasolina que se enfrentan a un futuro incierto donde los precios pueden seguir subiendo y subiendo.

Unos cálculos que como hemos comentado, no se han incluido las ayudas públicas que haría que los cálculos de amortización fuesen diferentes, ni la posibilidad de cargar el coche con una instalación fotovoltaica.

Pero tampoco hemos puesto hándicaps de los eléctricos, como el coste de las recargas fuera de casa o el gasto que pueda suponer el tener que realizar algún desplazamiento que el modelo eléctrico no pueda completar, y tenga que hacerse en un medio de transporte público un un coche alquilado.

Algo que también tenderá a evolucionar positivamente para los eléctricos no sólo con el incremento de autonomías, sino sobre todo con la expansión de las redes de carga.