¿Quién se compra hoy día un coche con motor V8? Según Jaguar Land Rover, sus clientes todavía los demandan

¿Quién se compra hoy día un coche con motor V8? Según Jaguar Land Rover, sus clientes todavía los demandan

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Publicado: 28/06/2022 11:25

Hubo una vez en la que el público -fundamentalmente en Norteamérica- no necesitaba tener los bolsillos demasiado profundos para tener un coche con motor V8. Es una configuración mecánica muy equilibrada, porque siempre hay dos cilindros aportando empuje a la vez, y que suele dar muy buenas potencias. En la actualidad nada queda de eso, para comprar un V8 hay que tener muy buen sueldo, sobre todo para darle de beber y mantenerlo.

Jaguar y Land Rover mantienen diversas versiones V8 en su catálogo, todas orientadas a gama alta, ya que en este caso particular son motores 5.0 V8 S/C, es decir, sobrealimentados (S/C significa Supercharged). Se pueden encontrar en los vanos de los Jaguar F-Type y F-Pace SVR (y no de otra forma), así como en los Land Rover Defender, Range Rover y Range Rover. ¿Y hay quienes los compran?

Simon Turner, responsable de producto para Land Rover en Norteamérica, respondió a la pregunta de Forbes así: «Puede apostar a que sí», comentó. «Existen». No es un público especialmente numeroso en términos de ventas, pero sí de margen, aportan más facturación al fabricante que los que se compran el diésel con hibridación ligera de cuatro cilindros -en EEUU ni están a la venta-. A fin de cuentas, los V8 son más exclusivos.

Jaguar F-Type

De hecho, en el caso del coupé y descapotable F-Type se han descatalogado las versiones de cuatro cilindros, que en Europa dan unos nada desdeñables 300 CV. En mercados como el norteamericano el cliente no se ve apenas penalizado por comprar motorizaciones de ocho cilindros con emisiones elevadas de CO2, otra cosa es el mercado europeo. Ni siquiera pagan la tasa de Gas Guzzler, que significa «devorador de gasolina».

Para cierto tipo de compradores lo cierto es que no hay ninguna crisis, estamos en una época en la que los precios de los coches nuevos son carísimos, y en EEUU incluso el concesionario puede inflar los precios porque sí (dealer markup) y se siguen vendiendo. Es como si la mitad superior del mercado viviese en un mundo paralelo. Los problemas están en la mitad inferior, donde los márgenes son menores y los fabricantes ganan menos, sobre todo en un contexto en el que hay que sobrevivir vendiendo menos. Las prioridades quedan claras.

Jaguar Land Rover tomó la determinación de apostar más a la mitad superior. De hecho, hasta tienen un lucrativo negocio haciendo restauraciones perfectas de viejos modelos, por las que piden auténticas salvajadas. Los V8 son y van a seguir siendo parte importante del negocio hasta que los motores eléctricos tomen el testigo. El que paga mucho quiere tener mucha potencia, aunque le sobre, véase el paradigmático caso del Range Rover Sport, cuyos conductores creen conducir un deportivo, pero en realidad llevan un SUV de más de 2 toneladas que acelera muy bien en recta, pero otra cosa son ciertas curvas.

Land Rover Range Rover y Jaguar i-Pace

¿Qué ha pasado con Jaguar y Land Rover?

Por no hacer la explicación demasiado larga, tanto Jaguar como Land Rover cambiaron de manos una vez más en 2008, cuando Ford Motor Company vendió al fabricante británico a Tata Motors, y a partir de ahí llegaron muchas inversiones. El plan parecía ir marchando hasta 2017, cuando se logró un pico de ventas: 621.109 unidades desglosadas en 442.508 Land Rover y 178.601 Jaguar. A partir de ahí no han levantado cabeza.

Vino la crisis de los motores diésel, que afectaron a los modelos de mitad de gama para abajo a consecuencia del Dieselgate, Land Rover canibalizó ventas a Jaguar en el segmento SUV, el «Brexit» creó multitud de incertidumbres y problemas de logística, las ventas pincharon en China, y después vinieron tanto el COVID como los problemas de suministro que son comunes a todos los fabricantes. Nada baladí para el principal fabricante británico.

Thierry Bolloré tomó los mandos en septiembre de 2020, presentando un ambicioso plan de producto en enero de 2021: Reimagine. Jaguar Land Rover asumía que tenía que ser rentable con menos ventas, unas 400.000 al año, electrificando a Jaguar para 2025 y a Land Rover para más adelante. Empezaron a aparecer los mild hybrid para gasolina y diésel, los híbridos enchufables PHEV, y el Jaguar i-Pace fue el primer eléctrico. Land Rover tendrá el suyo en 2024, el Range Rover.