El 80% de los conductores de modelos Premium en Alemania quieren cambiar a un coche eléctrico en los próximos cinco años

En la gama alta es más frecuente cambiar de coche cada cierto tiempo, dada la mejor situación financiera de su clientela. Los clientes de modelos Premium están fuertemente posicionados a adquirir un coche eléctrico que sustituya al suyo a medio plazo, según una encuesta realizada por Kantar y encargada por Mercedes-Benz Mobility AG para estadounidenses, alemanes y chinos condensada en el informe Global Trends in Automotive & Financial Services 2022.

El 80% de los bávaros se posicionan por un modelo eléctrico a cinco años vista, término medio entre las preferencias de los clientes chinos (96%) y estadounidenses (68%). La oferta en segmento Premium con motorizaciones eléctricas está aumentando más que en fabricantes generalistas, ya que a mayor presupuesto es más fácil amortiguar el sobreprecio tecnológico, sobre todo si acompaña con una marcha más refinada y carga tecnológica.

Hay varias razones que explican esto, como la decadencia de los motores diésel desde 2015, el elevado precio de los combustibles, regulaciones medioambientales que puedan limitar la movilidad, el avance técnico y mayor oferta de modelos, etc. Otras razones pueden impulsar esa decisión, como la mayor fiabilidad a medio y largo plazo, creciente infraestructura de recarga de alta potencia o la pujanza de Tesla en modelos Premium.

No solo eso, la clientela encuestada se muestra más favorable (66% de media, 73% en Alemania) a hacer uso de algún sistema de financiación (leasing, renting, suscripción…) que a hacer frente al desembolso de compra de una tacada (a tocateja). Para los fabricantes esto es interesante, porque supone una vía de ingresos adicional y se abre la puerta a mantener a los clientes cautivos con mantenimiento, garantía extendida, suscripciones digitales y otros servicios añadidos. Si todo eso lo ofrece la misma empresa, mejor para ellos, es todo más fácil

Por otra parte, las suscripciones permiten que los fabricantes hagan caja con aquellos que quieren disfrutar de un automóvil pero sin que sea suyo ni con tantas ataduras. Y cuando todos estos clientes ya no quieren los coches por acumular tiempo y kilómetros, se venden a través de los canales de vehículos usados o de ocasión. El caso es exprimir la rentabilidad hasta el último kilómetro posible.

Cada vez más, los coches eléctricos forman parte del presente, no de un futuro lejano como si pudiesen volar o ir del punto A al punto B sin siquiera necesitar permiso de conducir. La adopción de coches eléctricos en mercados como el europeo o el chino es una apuesta segura, sobre todo cuando hay plazos para acabar con la combustión interna. Normal que los clientes de gama alta sean más proclives por lo último que a lo que va camino de desaparecer. Mercedes-Benz ya ha puesto todas sus fichas en la casilla de los coches eléctricos.