A pesar de las importantes inversiones realizadas por su subsidiaria Porsche en el desarrollo de combustibles sintéticos, Volkswagen no cree que esta tecnología vaya a ser relevante en la descarbonización de la industria automovilística europea, que tendrá que electrificarse para poder cumplir con las nuevas normativas anticontaminación europeas.
Si bien las presiones ejercidas por Alemania han logrado que la Unión Europea acepte eximir a los vehículos que utilicen e-fuels de la prohibición de vender automóviles térmicos nuevos en el mercado común a partir de 2035, lo cierto es que la mayoría de expertos coinciden en que esta solución será de nicho; es decir, para modelos de alta gama.
Thomas Schäffer, CEO de la marca Volkswagen, ha criticado con dureza los combustibles sintéticos durante una reciente entrevista. «Es ruido innecesario desde mi punto de vista. Los motores de combustión interna dejarán de funcionar en 2035. En Volkswagen, se extinguirán en 2033, y para 2030 ya estaremos vendiendo un 80% de coches eléctricos en Europa. Entonces, ¿por qué gastar una fortuna en una tecnología antigua que no produce beneficios?
El Sr. Blume [CEO del Grupo Volkswagen] no está detrás de [la posición de Alemania]. Lo garantizo. Esta discusión sobre los combustibles sintéticos ha sido ampliamente malinterpretada. Tendrán un papel que desempeñar en las flotas existentes, pero no reemplazarán a los vehículos eléctricos. Eso es una completa tontería. Mirad el proceso de hacer e-fuels. No tenemos suficiente energía, entonces, ¿por qué desperdiciarla en combustibles sintéticos?»
Los combustibles sintéticos podrían descarbonizar el parque automovilístico ya existente
Este análisis coincide con el de Luca de Meo, máximo responsable del Grupo Renault, que hace poco señaló que ningún grupo europeo está destinando recursos al desarrollo de nuevos motores de combustión interna. «Nadie está desarrollando desde cero un nuevo motor de combustión en Europa… Todo el dinero se destina a la tecnología eléctrica o al hidrógeno».
Incluso si se alcanza la máxima escala posible, el precio de los e-fuels rondará en el mejor de los casos los 2 euros/litro debido a que su producción a partir de dióxido de carbono recapturado e hidrógeno supone un enorme gasto eléctrico, lo que se une a la baja eficiencia intrínseca a los motores de combustión.
Mientras que un coche eléctrico a baterías aprovecha aproximadamente el 70% de la energía desde su generación, uno térmico alimentado por combustibles sintéticos se queda en apenas un 14%; es decir, se necesita el quíntuple de electricidad, un desastre desde un punto de vista económico, ecológico y energético.
Fuente | Caradisiac
