El fabricante noruego de puntos de recarga Easee ha tenido que detener temporalmente la venta de sus cargadores domésticos en varios países europeos. Una parada que tiene que ver con los problemas de seguridad detectados en mercados como Suecia o Países Bajos, donde incluso se ha lanzado una prohibición de ventas.
Las últimas noticias indican que Alemania y Austria también han lanzado una investigación para determinar si los productos de Easee tienen algún defecto de funcionamiento.
Todo comenzó el pasado mes de marzo después de que «Elsäkerhetsverket» la autoridad sueca de supervisión de la seguridad eléctrica, había lanzado una alerta para prohibir las ventas y retirar urgentemente del mercado los cargadores del fabricante noruego después de identificar las deficiencias de seguridad.
Easee explicó que las acciones de la autoridad sueca desencadenaron en un procedimiento de la UE. Un aspecto que supondrá que la Comisión Europea, y todos los estados miembros, debían ser informados sobre las medidas tomadas contra Easee. «Los países de la UE/EEE deben iniciar sus propios procedimientos de acuerdo con los requisitos de la UE y haberlos completado para junio de 2023 o seguir las medidas tomadas por las autoridades suecas sin su propio examen«.
La principal causa de esta prohibición según el regulador sueco es: «El producto no está equipado con un disyuntor de fuga a tierra (30mA AC/6mA DC) como se indica en las instrucciones de uso. Las instrucciones no mencionan que el producto debe conectarse a un disyuntor de corriente residual si se va a conectar a la red eléctrica«.
Por su parte desde el fabricante se ha respondido incluso refutando algunas acusaciones «En nuestra respuesta del 13 de febrero, explicamos en detalle cómo se cumplen estos requisitos de seguridad y respaldamos estas declaraciones con documentación clara. Agradecemos la oportunidad de presentar y explicar estos puntos: la seguridad , la transparencia y la confianza son importantes para nosotros en Easee.»
Un caso bastante mediático que pone sobre la mesa la necesidad de las autoridades de controlar y regular la instalación y venta de puntos de recarga de coches eléctricos, donde los clientes pueden verse tentados con productos de bajo coste que puede ser fácilmente adquiridos en la red, e incluso algunos menos económicos pero con un nivel de calidad o seguridad por debajo de lo esperado.
Un aspecto clave que puede tener como consecuencias desde el mal funcionamiento del punto, hasta incluso otros más graves como el llegar a quemarse con el consiguiente peligro para unos equipos habitualmente alijados en lugares cerrados.
Fuente | ETN
