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Tesla se lleva la fama, pero es Mercedes quien avanza de verdad: legalizada la conducción autónoma de nivel 3

El sistema de conducción semiautónoma de nivel 3 de Mercedes-Benz, conocido como DRIVE PILOT, supone un avance significativo en el campo de la tecnología automotriz. Aunque Tesla ha sido líder en el desarrollo de tecnologías similares, Mercedes-Benz ha logrado adelantarse.

Mercedes-Benz ya tiene listo y legalizado su propio sistema de conducción autónoma parcial o semiautónoma, llamado DRIVE PILOT, que estará disponible en los modelos 2024 del Mercedes-Benz Clase S y el EQS Sedan.

Así lo ha confirmado la marca germana, que se adelanta así a Tesla -al fabricante que más ligado está a este tipo de tecnología- a través del conocido Autopilot, que sin embargo sigue siendo un sistema de nivel 2.

La principal diferencia entre ambos es que, mientras el Autopilot de Tesla requiere que el conductor esté atento a la carretera, el sistema DRIVE PILOT de Mercedes-Benz permite al mismo desentenderse parcialmente de la conducción. Si bien aún se requiere que el conductor esté despierto y en su asiento, puede apartar la vista de la carretera.

De hecho, el sistema cuenta con cámaras integradas que se encargan de verificar que el conductor está alerta y listo para tomar el control cuando sea necesario. No obstante, DRIVE PILOT permite una experiencia de conducción más relajada y cómoda.

El sistema DRIVE PILOT de nivel 3 permite desentenderse de la conducción, aunque sin dejar de estar preparado para retomar el control.

Cómo funciona DRIVE PILOT de Mercedes

El sistema DRIVE PILOT de Mercedes-Benz utiliza una combinación de cámaras, radar y sensores Lidar para obtener una visión más completa del entorno que lo rodea.

Esto lo distingue de Tesla Vision, que se basa principalmente en la visión artificial. La incorporación de estos sensores avanzados mejora la capacidad del sistema para detectar y responder a los obstáculos de manera más precisa y efectiva.

Sin embargo, el sistema DRIVE PILOT está sujeto a ciertas limitaciones impuestas por los reguladores estatales de California, donde ya ha sido legalizado para su uso. Por ejemplo, se permite su activación en autopistas específicas y en condiciones de tráfico denso durante el horario diurno, con una velocidad máxima limitada a 64 km/h.

Además, no se puede utilizar en zonas urbanas, en zonas en obras, con lluvia intensa, niebla o inundaciones del firme, ni tampoco en condiciones atmosféricas que puedan afectar la precisión del sistema.

Estas restricciones se basan en consideraciones de seguridad y reflejan las regulaciones actuales en diferentes países, donde los legisladores prefieren que la responsabilidad final de la conducción recaiga en el conductor humano.

La conducción plenamente autónoma, aún lejos

Si bien el sistema DRIVE PILOT de Mercedes-Benz representa un avance significativo hacia la conducción autónoma, aún queda mucho por recorrer antes de alcanzar la conducción autónoma total o nivel 5.

Este nivel permitiría al conductor despreocuparse por completo de la conducción y realizar otras actividades mientras el vehículo se encarga de todo. Sin embargo, el camino hacia ese objetivo implica la implementación de pasos intermedios, como el sistema de conducción semiautónoma de nivel 3 de Mercedes-Benz.

Eso sí, el sistema DRIVE PILOT de Mercedes-Benz no es una opción económica, al igual que otros sistemas de conducción semiautónoma de nivel 2 en el mercado. Sin embargo, para aquellos que pueden permitirse el lujo de invertir en esta tecnología avanzada, proporciona una experiencia de conducción más relajada y cómoda, permitiendo a los conductores disfrutar de actividades como ver una serie de televisión o leer la prensa mientras están en circulación densa pero fluida, delegando parte del control al vehículo.

El sistema DRIVE PILOT de Mercedes-Benz también se suma a la lista de otros fabricantes automotrices que están desarrollando tecnologías de conducción semiautónoma. Por ejemplo, Ford cuenta con BlueCruise y General Motors tiene Super Cruise, ambos sistemas de nivel 2 que ofrecen características similares.

Además, el desarrollo de sistemas de conducción autónoma implica no solo avances tecnológicos, sino también la implementación de regulaciones y normas claras. Los gobiernos y las autoridades viales deben establecer marcos legales y normativos que aborden la seguridad, la responsabilidad y la interoperabilidad de estos sistemas. Es fundamental establecer estándares y prácticas adecuadas para garantizar la seguridad de los conductores, peatones y otros usuarios de la vía.

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