Así se produce el combustible sintético de Porsche
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Publicado: 17/07/2023 16:36
De cara al año 2035, la Unión Europea planea prohibir la venta de automóviles nuevos con motor de combustión interna… con excepción de aquellos que funcionen exclusivamente con combustibles sintéticos, un tipo de carburante cuyo balance de emisiones de dióxido de carbono es, al menos sobre el papel, neutro.
Uno de los fabricantes que más están invirtiendo en esta tecnología es Porsche, que en varias ocasiones ha afirmado que los e-fuels permitirán mantener con vida sus modelos clásicos. La propia marca señala que actualmente existen en todo el mundo unos 1.300 millones de vehículos térmicos que seguirán rodando durante años, por lo que los combustibles sintéticos serán claves para su descarbonización.
Porsche posee una participación del 11,6% en la empresa Highly Innovative Fuels, que opera una planta piloto para elaborar e-fuels en Punta Arenas, en la Patagonia chilena. La elección de esta zona no es casual, ya que gracias a sus fuertes vientos, los aerogeneradores pueden funcionar a su máxima capacidad durante 270 días al año.
El programa de producción para la fase inicial es de 130.000 litros anuales. El primer paso del proceso de fabricación es la obtención de hidrógeno a partir de agua mediante electrolisis, que requiere del uso de energía eléctrica. Además de hidrógeno, también se necesita un segundo componente: el dióxido de carbono.
A pesar de su apuesta por los e-fuels, el 80% de los vehículos que venderá Porsche en 2030 serán eléctricos
Este gas de efecto invernadero puede separarse del aire mediante una captura directa, que consiste en hacerlo pasar a través de un filtro cerámico que retiene las moléculas de dióxido de carbono. Una vez todos los espacios están llenos, el filtro se cierra y se calienta, liberando el CO₂ para que sea aspirado a un depósito.
Un litro de combustible sintético requiere el hidrógeno de tres litros de agua de mar desalinizada y el dióxido de carbono de 6.000 metros cúbicos de aire. A partir de estos dos «ingredientes», se sintetiza metanol, que a posteriori se transforma en combustible apto para turismos. Los motores de combustión interna no necesitan de ninguna adaptación para funcionar con e-fuels, pues son idénticos a la gasolina y el diésel convencionales.
Dado que la combustión no libera más dióxido de carbono que el extraído del aire ambiental durante el proceso de producción, el balance es neutro (con todo, habría que señalar que siguen emitiéndose partículas y óxidos de nitrógeno). La capacidad en Punta Arenas llegará a los 55 millones de litros anuales para mediados de la década y a los 550 millones de litros apenas dos años más tarde.