Porsche se ha puesto como objetivo lograr que el 80% de sus ventas para el año 2030 se correspondan con modelos 100% eléctricos. Para conseguirlo, electrificará su gama casi al completo: si bien el Taycan es por el momento el único coche eléctrico de su oferta, en 2024 se le unirá el Macan, en 2025 el 718 Cayman/Boxster y en 2026 el Cayenne.
También está confirmado que el Panamera seguirá sus pasos, probablemente en 2027/2028. Además, Porsche planea expandir su oferta eléctrica a medio plazo con dos modelos inéditos: un SUV más grande que el Cayenne, y un hiperdeportivo basado en el prototipo Mission X. Este último, desarrollado conjuntamente con Rimac, será heredero de la saga 959/Carrera GT/918 Spyder.
Sin embargo, no todos los integrantes de esta familia se electrificarán. Karl Dums, líder del equipo de combustibles sintéticos de la firma de Stuttgart, ha anunciado que el mítico 911 se mantendrá fiel a los motores de combustión interna. «Nuestra estrategia es cambiar a la movilidad eléctrica y producir el 911 con motor de combustión durante el mayor tiempo posible».
El ejecutivo señala que los planes de electrificación de Porsche y sus inversiones en el desarrollo de e-fuels son dos negocios separados, apuntando a que en el futuro casi todos los automóviles del mercado serán eléctricos. Debido a su elevado coste y baja eficiencia, los expertos señalan que los combustibles sintéticos estarán limitados a modelos de alta gama.
Porsche también contempla el uso de e-fuels en coches clásicos
Porsche ha señalado en varias ocasiones que a día de hoy existen en todo el mundo aproximadamente 1.300 millones de vehículos térmicos que seguirán rodando durante años, por lo que los e-fuels serán indispensables para la descarbonización del sector del transporte. En su caso concreto, lo considera una forma de mantener operativos sus clásicos.
La marca posee una participación del 11,6% en la empresa Highly Innovative Fuels, que opera una planta piloto para elaborar e-fuels en Punta Arenas, al sur de Chile. Estos carburantes se obtienen a partir de hidrógeno verde (es decir, producido utilizando electricidad de fuentes renovables) y dióxido de carbono recapturado.
Un litro de combustible sintético requiere el hidrógeno de tres litros de agua de mar desalinizada y el dióxido de carbono de 6.000 metros cúbicos de aire. A partir de estos dos componentes, se sintetiza metanol, que a posteriori se transforma en gasolina o diésel aptos para turismos. La capacidad en Punta Arenas llegará a los 55 millones de litros anuales para mediados de la década y a los 550 millones de litros dos años más tarde.
Fuente | Automotive News Europe
