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Tesla ha resuelto los retos de la conducción autónoma, ahora todo es cuestión de escala

Cuando en 2016 Tesla presentó por primera vez el Model 3, este causó un gran impacto con un movimiento sin precedentes de gente haciendo cola en las tiendas para realizar una reserva. Pero a pesar de su tremendo éxito, los problemas comenzaron con un infierno de producción. Algo que la aceleración de la producción permitió solventar los problemas. Un aspecto al que ahora se enfrenta el sistema de conducción autónoma plena (FSD).

Como recordamos, el lanzamiento del Model 3 fue tan popular que el día de la presentación, Tesla acumuló más de 115.000 reservas de gente que apenas había visto el coche, y menos conocer sus detalles técnicos. A pesar de esto, en unas pocas semanas, Tesla logró hacerse con más de 500.000 reservas meses antes de que el producto comenzara a salir de la fábrica de Fremont.

Sin duda, uno de los lanzamientos de producto más exitosos de la historia, y un ejemplo de marketing donde la empresa se gastó cero euros, simplemente mostrando un producto superior en todos los aspectos, pero con un precio muy competitivo, que por cierto, luego no logró cumplir. Pero esa es otra historia.

El gran avance de Tesla se centró en aspecto como el diseño, y sobre todo la ingeniería en tecnologías de baterías y sistema de propulsión, que mejoraban de largo a todo lo existente. También aspiraba a unas técnicas de producción específicas para coches eléctricos. Algo que hasta entonces nadie se había planteado.

Después de un par de duros años, los del infierno de producción, en 2019 Tesla logró ver la luz al final del túnel y comenzar a teñir de verde sus balances económicos en 2019. A partir de ahí, la empresa americana se convirtió en una de las más valiosas del mundo en 2023 con una cotización actual de 750.000 millones de dólares.

FSD, se repite la historia

Pero durante ese tiempo, Tesla estuvo cerca de la quiebra por la ingente cantidad de dinero necesario para lograr dar con la tecla para fabricar miles de unidades a la semana. Una economía de escala que ahora es el gran reto de la marca norteamericana respecto a su próximo gran reto, la Conducción Autónoma Plena.

La lección que nos ofrece el caso del Model 3 es que  aunque hayas resuelto la mejor manera de fabricar un coche eléctrico al menor coste, aún necesitas producir suficientes unidades para poder sacarle beneficios.

Esto es muy similar a lo que está sucediendo con la solución de conducción autónoma basada en IA de Tesla con FSD v12.

El avance de Tesla con FSD v12 es que han diseñado un sistema de inteligencia artificial para analizar videos de sus coches conduciendo y generar automáticamente un «código» para decirle al automóvil qué hacer en cada situación.

Lo que esto significa es que ya no se necesitan humanos para escribir código que le diga al automóvil qué debe no. Solo necesitan recopilar una cantidad gigantesca de datos de video para alimentar a la IA, de modo que esta pueda generar «código» para cada situación en El camino.

La demostración del propio Elon Musk en su perfil de X el viernes 25 de agosto muestra un sistema que utilizaba un «código IA» para conducir por las carreteras de Palo Alto. El sistema funcionó igual de bien, si no mejor, que las versiones actuales escritas en código humano que se encuentran en las calles hoy en día.

Según Tesla, se ha desarrollado la tecnología necesaria para lograr por fin la conducción autónoma. Al menos desde el punto de vista técnico, el problema esta presuntamente resuelto.

Sin embargo, todavía hay situaciones en las que el sistema actúa incorrectamente. Aquí es donde entra en juego la escala.

Lo que Tesla tiene que hacer en el futuro es generar una cantidad gigantesca de datos de video para que el sistema de inteligencia artificial los procese utilizando su flota de más de 4 millones de automóviles.

También necesita reforzar exponencialmente su capacidad para procesar estos datos comprando una gran cantidad de chips NVIDIA H100 Y aumentando la fabricación de sus clústeres de cómputo DOJO internos (considérelo como el chip H100 hecho en casa de Tesla).

Todo lo que necesitas es amor escala

La velocidad a la que Tesla pueda recopilar vídeos de su flota, y aumentar su potencia informática, determinará la rapidez con la que la conducción autónoma estará disponible el público general y de forma global.

Tesla ya está fabricando coches que tienen el hardware que sobre el papel le deberían permitir alcanzar un elevado nivel de conducción autónoma. Casi todos los Tesla que circulan en la carretera en este momento tienen el sistema informático de 8 cámaras que el sistema de inteligencia artificial utilizará para decirle al automóvil qué debe hacer y que no. Además, cada automóvil nuevo que vende Tesla también tiene esto.

Ahora, Tesla necesita escalar el número de vehículos y el procesamiento de datos para mejorar el rendimiento de su flota. Algo que supondrá un gran esfuerzo desde el punto de vista de la gestión de toneladas de datos a través de un sistema de inteligencia artificial.

Un infierno en este caso no de producción, sino de gestión de estos datos, que nos recuerda mucho a los retos encontrados por Tesla durante la escalada del Model 3, y que no solo superó, sino que le permitió desarrollar futuras líneas de fabricación de una forma mucho más rápida y eficiente.

Algo que se espera suceda también con la conducción autónoma.

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