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La bajada de los precios acelerará las ventas de coches eléctricos que serán dos de cada tres matriculaciones en 2030

Ayer podíamos leer un informe donde se ponía sobre la mesa como estaban bajando de forma sustancial los costes de los materiales que dan forma a las baterías de los coches eléctricos. Una dinámica que tendrá continuidad en los próximos años, y que provocará una fuerte expansión de las ventas.

Un informe del Instituto Rocky Mountain ha indicado que los costes de las baterías deberían reducirse a la mitad a lo largo en esta década, desde los 151 dólares por kWh en pack de 2022, a entre 60 y 90 dólares por kWh. Algo que tendrá como principal consecuencia que los precios de los coches eléctricos se coloquen por primera vez por debajo de los modelos con motor de combustión.

Y es que una de las claves está en la reducción de coste de unas baterías que representan en torno al 40% del coste de los vehículos. Algo que ha justificado, o provocado, unos precios muy por encima de los coches diésel o gasolina equivalentes.

Pero esos precios están bajando constantemente a medida que los fabricantes invierten en nuevas químicas, materiales y software de baterías para fabricar propuestas más eficientes.

Según el análisis de RMI, el rápido crecimiento de los modelos eléctricos en Europa y China «implica que las ventas de estos se multiplicarán al menos por seis de aquí a 2030, para disfrutar de una cuota de mercado del 62% en el caso de Europa, y nada menos que del 86% en China«.

Esta tendencia ya se está viendo reflejada en una actual dinámica donde podemos ver, por ejemplo, que en Europa las ventas de coches eléctricos aumentaron casi un 61 % en julio en el cómputo interanual, lo que representa el 13,6 % de todas las ventas de automóviles.

Esta evolución hace que los planes de mercados como la Unión Europea de prohibir las ventas de coches nuevos con motor de combustión en 2035, ya no se vea por los analistas como una medida extrema.

Según RMI en declaraciones a Reuters «La medida no es radical en absoluto al ver el continuo crecimiento exponencial de los vehículos eléctricos. Esto es lo que uno debería esperar«.

Este ascenso de la movilidad eléctrica tendrá grandes consecuencias, como la reducción de emisiones, de enfermedades respiratorias, pero también en aspectos como el consumo de petróleo.

Según la investigación del RMI, la demanda de petróleo para vehículos alcanzó su punto máximo en 2019 y caerá al menos 1 millón de barriles por día cada año después de 2030. Algo que el estudio indica que será en gran parte debido al crecimiento que tendrán las ventas de coches eléctricos.

Un crecimiento de las ventas que una investigación publicada por el proyecto Economía de la Innovación Energética y la Transición de Sistemas (EEIST) de la Universidad de Exeter, ha calificado de exponencial.

Las ventas de coches eléctricos están creciendo un 20% cada año y en 2023 llegarán a los 15 millones

Según sus datos, los coches eléctricos alcanzarán un «punto de inflexión» por la paridad de costes de producción con los modelos con motor de combustión que según estos, sucederá ya en 2024 en Europa, en 2025 en China, en 2026 en Estados Unidos y en 2027 en India «para los automóviles de tamaño mediano, e incluso antes para los vehículos más pequeños«.

Factores que ponen sobre la mesa como los planes de muchos grupos occidentales de presentar modelos con fechas de lanzamiento a tres o cuatro años vista son proyectos extremadamente conservadores, ya que se producen en un momento donde el mercado se moverá a una velocidad cada vez más grande donde la demanda aumentará cada año, y donde los que no tengan una familia competitiva de coches eléctricos, con precios razonables y características dentro de mercado, corren el riesgo de quedarse fuera ya incluso en un plano temporal muy reducido.

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