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Ahora no Permitir

Los barcos y aviones apenas se electrificarán de aquí al 2050, y mientras tanto los coches…

Está claro que el transporte por carretera tiene la diana de los gobiernos para intentar frenar las emisiones contaminantes a la atmósfera. En la Unión Europa y en Estados Unidos, dos de las grandes potencias mundiales, ya hay planes conocidos para electrificar el parque automovilístico, tanto de turismos como de transporte pesado.

Uno de los argumentos de peso en contra de estas medidas tiene un tinte más comparativo: ¿por qué no llevan estas mismas exigencias a otros medios de transporte igual o más contaminantes como los barcos o los aviones? Una cuestión un tanto polémica.

La última actualización hecha por la Agencia Internacional de Energía (IAE) en su hoja de ruta ‘Net Zero’ nos trae una serie de gráficos interesantes de analizar y que corroboran el trato diferente que están sufriendo los diferentes sectores de movilidad.

Combustibles que usarán los aviones y barcos de aquí al 2050 para reducir su huella de CO2. Gráfico: IAE.

La electrificación es cosa solo para la carretera

Según este informe de la IAE, el transporte por carretera tiene unos objetivos de reducciones de emisiones acumuladas más ambiciosos: 16% frente al 5% de la aviación y el transporte marítimo. Fíjate en el gráfico anterior: la previsión del 2030 es que los combustibles fósiles sigan siendo los predominantes, aunque con una relación inferior al 2022.

Si el año pasado la práctica totalidad de barcos y aviones se movían con combustibles fósiles, en 2030 entrarán en juego los biocombustibles, además del hidrógeno y el amoniaco para los barcos, o el metanol para los aviones. En 2040 la proporción seguirá siendo todavía desfavorable para las nuevas alternativas, mientras que en 2050 el amoniaco se prevé como gran protagonista en el transporte marítimo, y los biocombustibles y el metanol en la aviación.

Casi ni rastro, como puedes ver, de la electrificación, que deja entrever un poco de espacio en los gráficos en las próximas décadas. Situación completamente diferente al transporte por carretera, como muestra el siguiente gráfico en el camino hacia las cero emisiones netas en 2050.

Combustibles que se usará en el transporte por carretera de aquí al 2050 para reducir su huella de CO2. Gráfico: IAE.

Los turismos y comerciales pasarán de un 75% de protagonismo de los combustibles fósiles en 2030 a un barrido absoluto de la electrificación para el 2050, con una ligera presencia de los biocombustibles y un poco más para el hidrógeno. Estos últimos, no obstante, se prevén más importantes para los autobuses y, sobre todo, para el transporte pesado.

Lo que contaminan los diferentes medios de transporte

Por poner un poco más de contexto: la contaminación emitida a la atmósfera y atribuida a un pasajero que vuela en clase económica desde Londres hasta Nueva York (0,67 toneladas de CO2) es equiparable a, por ejemplo, el 11% de las emisiones promedio al año de un ciudadano de un país occidental como el Reino Unido. ¡Solo un vuelo de esas características!

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Otro ejemplo más, según datos de Eurostat: en un avión de 88 pasajeros de media, a los pasajeros se les atribuyen 285 gramos de CO2 cada uno, cuando un automóvil emite 104 gramos, un vehículo pesado 158 gramos y un autobús 68 gramos de CO2.

En términos de la cantidad de CO2 que emiten, un crucero se mueve en cifras similares a los aviones, con repercusiones además añadidas al fondo marino. En ambos casos, la quema de combustible produce gases de efecto invernadero, principalmente CO2.

Fuente | IAE.org

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